“No eres feo”
me dice un amigo.
Solo ha visto mi semblante
mas desconoce mi alma.
Si, esa que vaga
por bares, aceras y bancos
buscando respuestas
a su ausencia.
La que se escuda
tras la lluvia.
la que olvidó
mojarse los pies
o cuando fue verano.
Así soy, compañero.
Incapaz ya de amar,
perdido, ajado y borracho,
vagabundo del querer,
pasado de su vida,
humo, en esta ciudad.
No, no soy feo.
Es peor; No existo.