Noah Francis Johnson - Try (Official Music Video)

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Mis lágrimas son la tinta

con la que te escribo cada día,

odas a tu terrible ausencia

entre deseos e ilusiones.

Quizás en una estación llegarás

y la luz alegre volverá,

cegando mis ojos con una doncella

que mi corazón ocupará.

Mientras, castigo a mis dedos

dándoles miles de palabras,

que intenten fácilmente reflejar

el dolor de esta alma vacía.

Miro al norte por las noches

buscando a Freyja encontrar,

para ofrendarle las mariposas dormidas

que en el interior ya no están.

Duermo las noches con el frío

a la espera de encontrar tu piel,

escondida bajo las sabanas planchadas

por si te quieres quedar.

Ven hermoso verbo

a traerme larga felicidad,

que aquí te espero entre papeles

escribiendo tu nombre que es “amar”.

Tenderte la mano

Cuando necesites tender la mano

siempre encontrarás la mía,

esperando poder ser tu guía

en ese momento que me necesitas.

Tal vez tu corazón busque refugio

donde hallar días de tranquilidad,

así que estos brazos te acogerán

para que te escondas de todo lo demás.

Si las mejillas son ríos de lágrimas,

perdiendo esos bellos ojos el brillo,

utiliza mi pecho como pañuelo

dejando que llore yo en tu lugar.

Cuando más hondo llegue el dolor

más lejos mis besos te llevaran,

no permitiendo que te caigas

y las heridas no te dejen levantar.

En esos momento de fragilidad

cuando la rabia entrecorte tus palabras,

pasearemos entre tiernos jazmines

buscando la flor del maracuyá.

Puedo ser tu refugio necesario

en cualquier momento necesitado,

he de ser tu amparo deseado

pues tu amor es mi faro.

agregame

Agrégame a esa vida tuya

en la que todo es de color azul,

como los ojos que me miran

y ese mar que nos acerca.

Añade mi nombre a tu diccionario

junto a la palabra amar,

siendo pareja inseparable

igual que la belleza y tu.

Déjame que te acostumbre

a recibir mil besos diarios,

o muchos más si la luna no llega

dándote tus mimos merecidos.

Dame un abrazo verdadero

y siente como mi alma llora,

de la dulce emoción de tenerte

entre mis brazos y protegerte.

Duérmete junto mi pecho

por que dentro ya lo haces,

des de ese día que llegaste

para en mi corazón quedarte.

Vive todos tus días a mi lado

permitiendo que sea dichoso,

 pudiendo aportar toneladas de granos

y hacerte siempre feliz.

Joan Manuel Serrat: "De un mundo raro"

bello recuerdo

Ahora recuerdo una mañana de diciembre

en la que brillaba el sol sobre el Mediterráneo,

tu y yo paseamos junto el azul mar

entre acantilados y asfalto.

Ya de vuelta solo necesitamos una escusa

y juntamos nuestras calientes manos,

para terminar el párvulo camino

con exaltado corazón y miedo.

Solo un breve beso hubo ese día

junto a un segundo paseo por el puente,

pero con la tierna y cierta promesa

de abrir el deseo y perder el miedo.

Pasaron jornadas asta poder tenerte

entre estas manos que te escriben,

que todavía recuerdan el tacto

de esa piel tuya, ahora un poco mía.

En ocasiones te pierdo, otras te tengo,

entre el dolor de la despedida

o el ansia de poseerte,

quedando siempre… tu bello recuerdo.

tu palabra y yo

El leve roce de tus palabras

al viajar al fondo de mis oídos,

ya provocan nuevos placeres

en lo más tierno de mi corazón.

No sabes cuanto espero cada día

el poder escuchar tu dulce voz,

que inspirarán futuros versos

cargados de hermosos deseos.

El dulce verbo que surge de tus labios

cargados de roja pasión y miel,

nace de los más hondo de ese sentir

con el que necesito coexistir.

Acompañas la voz con tu mirar

para envolverme en tu bosque eterno,

provocando el afán de abrazarte

protegiendo la suerte de tenerte.

En ese momento de estrecharte

ropa contra ropa, piel contra piel,

la sensación de ser tu mi hogar

colma toda mi vida i necesidad.

Permite que te escriba torpemente

mil odas al gozo de encontrarte,

 y que me permitas compartir a tu lado

mi dicha y tu vocablo.

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Esa noche llovía en Caracas

mientras yo cerraba el libro,

para dejarlo sobre la mesilla

ya cansado y con sueño.

Solo me acompañaban las sábanas

y una tenue luz amarilla,

que penetrando bajo la puerta

me recordaba que seguías despierta.

No se todavía si llegué a dormir

cuando cruzaste el umbral,

solo recuerdo la luz del pasillo

y tu hermosa silueta al entrar.

Te acercaste sigilosamente

protegida por el áurea mágica,

vistiendo solo un encaje blanco

y el pelo suelto sobre la cara.

Trepaste lentamente sobre la cama

como un felino acechando a su presa,

asta llegar junto a mi boca

y besarme con encendida ansia.

Me arrebataste el sueño

para incendiar a mi corazón,

solo pudiendo reaccionar

abrazando a tu determinación.

Durante un rato nos acariciamos,

y jugamos con nuestras pieles,

dejando que los placeres prohibidos

juntaran nuestras mieles.

Llegando el día en el Mediterráneo

nos fundimos en una misma alma,

mientras nevaban flores en Moscú

y en Panamá… corrían tras una bandera.

ayudame

Compungida está Afrodita junto al mar

al ver que no consigue emanciparme de la tristeza,

que ha crecido dentro de mi alma

des de el momento que te marchaste.

Ese día al partir, sembraste la pena

que con el dolor y las lágrimas venidas,

fue creciendo y haciéndose adulta

asta llenar todo el espació abandonado en mi.

Se secaron las pupilas que te miraban

tanto que se me ha nublado la vista,

ahora no puedo ver otras doncellas

y por eso llora apenada la diosa.

He intentado otra alma robar

para hacerme poder volver a amar,

pero entre otros besos y abrazos

no he podido sentarme a descansar.

Las botellas que ayudan a olvidar

he conseguido no tenerlas que tocar,

quizás el único consuelo permitido

todo y que me tienta la mano de Tifón.

Vuelve y engáñame perla mía

diciéndome que todavía amas mi vida,

de esa forma quemaré la tristeza

y podré volver a otra piel acariciar.

Haz ese último esfuerzo

por los años y sabanas compartidas,

regalándome un futuro que vendrá

y dándote a ti tranquilidad.

siete vidas

Te miro cada tarde en la acera

cuando sales a caminar con tu amiga,

esperando el momento en que pueda decirte

cuanto quisiera yo descubrirte.

No me regalas ninguna mirada

ni tan siquiera de desprecio,

pasas junto a mi triste corazón

que te grita des de dentro y no lo oyes.

Sigo estando ausente de tu mente

pero se que solo es temporal,

ya que algún cercano día me decidiré

y aun con trémula voz, te saludaré.

Un tiempo después te pediré permiso

para andar a tu lado una de las tardes,

esperando que me lo permitas

para estar a pocos centímetros de tu cuerpo.

Cuando vuelva la luna llena a vernos

leve y cariñosamente te rozaré,

con el miedo más grande jamás visto

y aguardando ver como me recibes.

Después, con el calor del verano,

pasearemos solos cuando caiga el sol,

buscando la brisa que nos calme,

siendo buena ocasión para unir las manos.

Llegará el otoño a visitarnos

dándonos hermosos amarillos en el parque,

lugar en el que con calma y valentía

te ofrendare el primer beso.

Ya después de recibir tus labios

solo nos quedará darnos una vida,

todo y que yo quisiera ser un gato

para regalarte las siete.

sueño

Se me nubla la mente cuando…

sueño que sueñas conmigo,

siendo en ese mundo imaginado

tus besos siempre eternos.

Hoy estabas pintando al óleo

ahí, junto nuestra rosaleda,

teniendo a tu lado unas orquídeas

que por la mañana te había regalado.

En el lienzo un tierno paisaje,

y tu silueta en el sentada.

Llevando un poema en la mano

y con la mirada… buscándome.

Me he acercado y besado tu cuello

de forma suave y cálida,

correspondiéndome tu con el pincel

pintándome de rojo la nariz.

De tus labios ha brotado tu sueño

y en el contabas que nos imaginabas,

sentados los dos en un verde prado,

leyendo y viendo a lo lejos París.

He despertado y no estabas aquí

pero en mi dormir nos hemos encontrado,

para juntos pintar, leer y viajar

viendo la flor más hermosa… tu.

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Ha gravitado mi índice sobre tus labios

sintiendo su suave y ligera aspereza,

 para dejarte de forma cariñosa

el tierno beso que te regalo.

Me lo has devuelto con tus ojos

al hacerlos brillar con el alma,

y no he derramado ninguna lágrima

por que las guardo por si te marchas.

Con la mano he acariciado la mejilla

y tu te has recostado sobre ella levemente,

buscando el mismo calor que quiero darte

cuando entre  mis brazos pasas la tarde.

Te has acercado provocando una tormenta

que durante segundos ha estallado en mi ser,

haciendo que la piel se estremeciera

y provocando que abrazarte solo pueda.

Te he susurrado al amado oído

el poema que ahora todavía te escribo,

siendo el amor a ti la roja tinta

y el aliento la hoja donde viaja.

Finalmente nos hemos besado

y de nuevo el tiempo en mi corazón a parado,

como cada vez que nuestros labios juntamos

como ofrenda a este amor mimado.

Atardecer a tu lado

Compartir el atardecer a tu lado

estando sentados bajo el porche,

con nuestras manos entrelazadas

y el vaivén de las amapolas por música.

Los hombros casi rozándose

y sobrando las palabras pensadas,

solo separados por la leve brisa

como impotente invitada.

Los diferentes colores van pasando

ante nuestros ojos enamorados,

des de el amarillo potente

al rojo de la última gota del día.

Los recuerdos vuelven a la mente

y junto a ellos tu hermosa sonrisa,

que me ha cautivado des de ese lunes

en el que tras la lluvia, te escondías.

Disfrutando del cálido reposo

e imaginando como podría ser la noche,

entregándonos a nuestros locos deseos

que no por cumplidos, estén olvidados.

Eso es una tarde de junio perfecta

sin tener necesidad de nada más,

solos tu belleza junto a mi reposando

y permitiéndome pensar que me amas.

Nosotros

Deambulando sobre la arena

descubrí que no estaba solo,

que otras almas como la mía

también buscaban encontrarte.

Junto a una encrespada duna

te hallé tiernamente sentada,

y sin mi herido corazón querer

te alargué la dolorida mano.

Elevaste la vista hacia el sol

y la brisa peino tu largo pelo,

justo cuando tu palma se alzaba

para acoplarse a la mía.

En ese justo segundo de unión

toda la piel se estremeció,

haciendo brotar del fondo mío

una lágrima de verdadera felicidad.

Andamos descubriendo castañuelas

de amarillo color salvaje,

mientras tu voz penetraba placida

y mis palabras se pegaban a ti.

Al rato giramos la mirada

para ver el camino recorrido,

siendo cual nuestra sorpresa

al encontrarnos irremediablemente unidos.

Al llegar a la orilla del mar

te despediste asta el siguiente día,

dándome dos pequeños besos

a tan solo tres centímetros des mis labios.

Esta tarde, como esa tarde,

nos volveremos a encontrar,

creando nosotros este infante vinculo

sin fronteras y lleno de futuro.

Dos corazones se encuentran

Me esperabas elegantemente recostada

viendo pasar la gente por la avenida,

con tus gentiles ojos que me roban el alma

des de la mañana asta que la luna me llama.

Esbozaste sobre tus dulces rasgos

esa sonrisa que me quita el aliento,

mientras me acercaba con acelerado pálpito

en busca de tu perfume y mi sueño.

Me permitiste darte dos temblorosos besos,

que fueron como dos perlas en el mar.

La mano derecha se ciñó a tu cintura

cuando la izquierda te ofrecía orquídeas.

Durante tres segundos no pude hablar

ya que mi mente se nubló con tus imágenes,

esas que a cada momento repasaba

y que hoy se convertían en realidad.

Vestías del mismo azul que tus ojos

pareciendo el lienzo más fino jamás pintado,

siendo yo la única mancha del momento

pero el más feliz por haberte hallado.

Tu gentileza y dos cafés nos bastaron

para entender que los versos no son suficientes,

para describir la belleza del momento

cuando dos corazones se encuentran.

Ahora ya sentado en mi triste casa

revivo la tarde juntos pasada,

y espero con ansia el próximo día

cuando pueda volver a escucharte.

Aparca

Aparca tu búsqueda durante un tiempo

y quédate a ver el atardecer junto a mi.

Verás como los reflejos del sol al caer

te hacen dejar de querer partir.

Bebamos juntos una copa de vino

mientras disfrutamos del fugaz momento,

y cuando rojos colores crucen el mar

permíteme tu mano agarrar.

Vendrá la primera noche a buscarnos

siendo todavía temprano para el corazón,

pues todavía estarás descubriendo

cuanto amor hacia ti deseo dar.

Mañana, al terminar el desayuno

me prestaré a darte una flor de mi jardín,

que hace tiempo que cuido con mimo

para poder regalártela a ti.

Quizás podamos después pasear un rato

dejando que el agua del mar nos bañe,

mientras el calor de mayo dora la frente

y el primer beso dado te calme la sed.

Ya por la tarde prepararé tu descanso

cocinándote las fresas y el cacao,

para darte después el postre en tus labios

y abrazarte con cariño y pasión.

Verás entonces como pasa otra velada

y otra más querrás vivir aquí a mi lado.

Tendrás entonces otro anhelo,

deseando que juntos iniciemos el viaje.

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Con la sal pegada al cuerpo,

la fina arena cubriendo los pies,

y el sol del mediodía dorando la cara…

partículas de ti crecen en mi alma.

Camino en la frontera indefinida

que dibuja la larga playa,

entre el filo del mar a un lado

y futuros castillos infantiles al otro.

Cada vez que mi mente te recuerda,

cosquillas invaden el estómago,

mientras la dulce imagen tuya

corre veloz de nuevo a la pupila.

Con el roce de mis dedos

recreo la tersa piel acariciada,

entre sabanas de seda blanca

agitando nuestro nocturno sosiego.

La saliva acude a la boca

para aplacar la sed aparecida,

cuando el sudor me baña la cara

igual que anoche, cuando te amaba.

Recorreré el camino a casa

esperando encontrarte al llegar,

para contarte que necesito tus abrazos

como cualquier mayo al rosal.

me ha despertado...

No me ha despertado la mañana

como es de costumbre cada día,

si no tus breves ósculos en mi espalda

mientras la luna todavía nos miraba.

También el susurro de las sábanas

que lentamente acariciabas al venir,

y el roce de tu mano al tocar el vello

que oculta este corazón que te guarda.

He dejado que te acomodaras en mi

adaptando la misma forma de dormir,

sintiendo tu calor pegado detrás

y brotando la calma que das al vivir.

He intentado no moverme nada

para poder disfrutar del silencio esperado,

procurando escuchar el sonido de tu alma

que se fundía en mi básica esencia.

Breves segundos, eternos recuerdos,

que me provocan querer besarte

entre abrazos que deseo darte

cada día, en cualquier instante.

Al rato te has girado otro lado

y he sido yo quien a ti se ha acoplado,

buscando devolverte el mismo amor

mientras pegamos los cuerpos desnudos.

Me he vuelto a dormir…

Cadera

Me esperabas sobre las sábanas,

siendo tu torso la seda más bella,

con la que compartir la noche

y el mayor placer para mis sentidos.

Acomodé mi piel a tu espalda,

abrazando tu fina y blanca cadera.

Mientras; acercaba los labios a tu oído

para susurrarte el verso de un beso.

Fue cuando tu cintura se clavo en mi

y tu mano derecha recogió la mía,

para hacerla viajar asta tu pecho

y dejarla descansar sobre tu ansia.

Después de oler tu reposado cuello,

decidí pintarlo del rojo de mis besos,

sin dejar espació sin reconocer

mientras estos dedos buscaban tus dientes.

en ese instante te volviste hacia el cielo

dejando tus finas  manos libres,

que raudas corrieron a mi ropa

como las mías bajo la tuya.

Juntamos los labios estremecidos

anudando la pasión que crecía,

liberando el deseo recién venido,

y soltando el primer espasmo notado.

La yemas perdidas bajo la fina tela negra

para jugar con el pecado de tu cuerpo.

Dibujando pequeños círculos pausados

a la misma velocidad que tu te movías.

Me empujaste con energía

para poder situarte sobre mi cuerpo,

y así descender por el lentamente

humedeciendo los poros abiertos.

Tuve que arrancarte para poder besarte,

y ser yo quien saboreara tu ser,

siendo este el mayor placer tenido

cuando el goce ahogó tu respirar.

Reposó tu anhelo unos breves segundos

para volver a alimentarse de sed,

y situando tu diosa figura encima mi talle

te entregaste al bálano que esperaba.

El sudor empapó el momento

dando sonido al vaivén acompasado,

cual orquestra perfectamente acoplada,

siendo aquí otros instrumentos;  nosotros.

No se cuanto tiempo estuvimos amándonos

ni cuantos besos nos ofrendamos,

pero cuando la mañana nos despertó

nuestras almas seguían exhaladas.

Tengo

Tengo los labios entumecidos

de tantos besos soñados,

que nunca he podido regalarte

pero que te seguiré custodiando.

Los brazos doloridos de buscarte

para cubrirte de mil abrazos,

siendo el protector de tu alma

cual caballero montado en blanco caballo.

Estos dedos, gastados de escribirte

todas esas odas que les inspiras,

mientras viajas en mi oscura mente

cubierta de seda y pétalos dorados.

Las lágrimas se han secado

ya que no necesito llorar más,

pues solo el saber que estás ahí

suple cualquier mal que quiera venir.

El sol me ilumina al pasear junto el mar

y la luna las noches que te debería dar,

mientras las copas llenas de vino y amor

nos acercan cada día durante efímero ritual.