Un dit veloç

que recorre la teva esquena,

uns llavis humits

que cerquen els teus,

un llençol llunyà

que sols molesta,

una blanca pell

que em tempta,

un respirar al coll

que esgarrifa,

un llit tou

que ens abraça,

un incendi carnal

que es una dolça amenaça,

les teves corbes

que em perden,

la teva virtut

i el pecat,

aquesta breu nit

i les que vindran,

el tremoló a les cames

i les mans entrelligades,

els teus vagits

que provoquen els meus,

tempten el temps

i acaloren la meva pell.

El teu final...

el meu destí.

Ahí. Si, ahí.
Donde ya no es espalda,
y su nombre es inmombrable,
donde empieza el pecado
y termina la ternura.
Ahí, he posado mi mano
suave e intencionadamente,
mientras besaba tu cuello
y se habría mi pecho.
La blanca piel ha vibrado
justo un largo segundo,
tus besos han buscado mi boca
y ha empezado un bello juego.
Tu espalda se ha curvado,
los labios, humedecido,
el silencio de la noche,
vuelto ruido.
Y mi mano, ahí,
al fondo de tu dorso,
donde descansa cada noche,
donde sueña estar, cada día.
Terminado el fugaz encuentro
de delicada hermosura,
las pupilas se han cerrado,
los cuerpos, buscado su descanso,
la blanca sábana, cubierto tu serena piel,
y mi mano, ahí,
si, ahí,
sobre tu esculpida, nalga.

somni

He somiat.
He somiat que somiava,
que somiaves en mi.
Tendre moment
que sols ha durat un instant,
de suficient esglai
i etern record.

Per primera vegada,
les teves mans em cercaven,
els teus ulls, ploraven,
el desig vivia en tu,
i els meus llavis et rebien.

Dolça sensació
al estar en la teva nit,
sota el mateix llençol
i amb el mateix neguit.

He somiat que em somiaves
tal i com et somio a tu, cada nit,
entre els meus braços aixoplugada
i amb grans bategs al pit.

I he despertat.
He despertat i buscat,
però tu no em buscaves,
avui, com ahir,  tampoc estaves.

paraules

Paraules terribles,
paraules tendres,
paraules sinceres,
petits secrets.
Silencis que parlen,
llavis que esperen,
oïdes delectades,
somnis emmudits.
Tot en tu,
pors en mi.
T'espero per escoltar
mentre observo el teu gest,
la posició de les celles
i com es mouen les mans,
les cames creuades
o el nas arronsat,
la veu que m'arriba
embolcallant el meu cap.
Els teus verbs
que provoquen esglai,
els substantius emprats
que anuncien el desig,
els mots que ja no recordo
per que sols et recordo a tu...
Quedat, quedat sempre
a omplir-me de paraules,
a banyar-me de petons,
a esgarrifar la meva ànima.

quien soy

Quien soy yo
para decirte nada,
si la nada es tu auséncia,
la falta de tus ojos,
y la muerte de mi alma.
Quien soy yo
para decirte nada...
en todo caso suplicar,
suplicarte un segundo,
para regalarte una vida.
Quien soy yo
para decirte nada,
si la nada és tu auséncia,
el inicio del olvido,
la noche de la vida,
el corte de las dalias.
Quien soy yo
si tu no me miras,
si me abocas al destierro
del amor encendido.
El que te proceso,
cuando con tu silencio
llenas la tarde,
coloreas las flores,
alimentas mis ansias.
Quien soy yo...
si no me dices nada.

bona nit

S'esmuny la ma
sota els llençols,
temptant l'obscuritat
a la caça de la teva pell.
Els dits oberts,
els porus preparats,
desitjant el teu tacte,
igual que els meus llavis
que s'obren per trobar-te.
Un batec, sec,
i una alenada d'aire.
Un desig, sincer,
i el palpe d'un maluc.
Un esglai, fred,
i la humitat d'un petó.
Un t'estimo, obert,
i la fi del dia.
«bona nit».

que noche...

Que noche,

la passada.

Noche de luz,

de bigorosos besos,

de abrazos deseperados

entre dos cuerpos,

que se amaban.

Entre sábanas

o sobre ellas,

el dulce ruido del deseo

del cadencioso movimiento improvisado.

Gritaban los dedos,

en cada caricia.

Lloraban los cuerpos,

en cada envestida.

Gemian los pechos,

en cada susurro.

Saltaron las lágrimas,

cuando clavaste tus uñas.

Rozamos el cielo,

y hubo un breve descanso.

Que noche,

la passada.

Andrés Calamaro - Cuando no estás (Videoclip oficial)

los cuerpos

Se resbalan los cuerpos
el uno, sobre el otro,
se frotan, se magullan,
se mezclan y aman,
entre sábanas blancas
y el rojo de los labios.
Sudan sus poros,
supuran las bocas,
el alma y el deseo.
Se retuercen acompasados
yendo uno, viniendo el otro,
susurrando dulces verbos
entre besos y resollos.
Así pasan la tarde,
apaciguando su carnal hambre,
clavándose en sus almas,
entregados a la hermosa batalla.
Mas después llega la noche
y con ella, el olvido,
la pasión dormida,
el recuerdo efímero,
la dulzura amarga,
la enfermedad de la cama.
Los cuerpos se secan
entre rutina y silencio,
los verbos se tornan reproches
y los susurros... sueños.

escribia

Mis labios

escribian sobre tu piel,

versos mil veces soñados.

Las caderas,

la inspiración reposada,

la cintura,

el punto y aparte

entre la ternura,

y el deseo de amarte.

Tu olor,

la brisa del verano.

El pecho,

hermosas cimas que explorar,

mieles que saborear.

Esa tersa espalda,

ooohhh... esa dulce meseta,

donde desgastar mis dedos

entre caricias y lunares.

Tu boca,

el final del recorrido,

el objetivo... de todo deseo.

La sábana,

un efimero descanso.

Breve lluvia

Lluvia de Leónidas

sobre nuestra cama,

lluvia de besos

sobre nuestras pieles.

Noches de asteroides,

magia y deseo,

que nos cubren cual sábana

protegiendo las pasiones.

(esta noche del 17 de noviembre hay lluvia de leónidas)

(dedicado a los deseos pedidos)

deu ser

Suau...
suau i amable
deu ser la seva pell.
La que els meus dits
somien en acariciar,
entre la claror del matí
i la foscor del pecat.
La que un cop vaig fregar
mentre, els meus ulls,
es perdien dintre els seus,
sent una tempesta de calor,
la seva profunditat
i l'esgarrifança del meu cos.
Suau com el maig,
que lentament ens porta a l'estiu,
mostrant-nos vells colors,
encenent vermells desitjos.
Amable com la tardor,
que ens convida a ser abraçats,
entre fulles que marxen,
acaronats per l'alè compartit.
Així deu ser la seva pell,
la que aferrada a mi,
algun cop, vull sentir.

ayuno

En ayunas...
de tus hermosos ojos
de tu frágil sonrisa,
del calor de tus manos,
de la sinfonia de tu voz.
Así estoy yo
cuando no te tengo,
cuando el viejo reloj
sigue marcando tu auséncia.

Saciado...
de tus suaves miradas,
de esa eterna sonrisa,
de la paz de tus dedos,
de los versos que me inspiras.
Así estoy yo
cuando llegas,
cuando iluminas la entrada
dejando tras de ti, toda desgana.

olvido

He olvidado olvidarte.

He olvidado,

que querías olvidarme.

Has olvidado el motivo

que un día abrazaste,

sabiendo que el calor del corazón

te prohibiría olvidar.

Hemos olvidado,

olvidarnos,

y más todavía,

olvidado como se olvida.

Te he recordado,

me has recordado,

nos hemos esperado,

esperando que el otro

no haya olvidado.

com un vaixell

Com un vaixell varat
amb les costelles enlaire,
la pintura, cremada,
i el nom quasi oblidat,
subsistia el seu amor
que s'esmunyia sota la porta,
entre desitjos trencats,
els petons, gelats,
i uns malucs quasi oblidats.
La sorra guanyant terreny
ofegant el timó de popa,
igual que l'avorriment
esborrant el desitj.
Sols quedaven vells records
de turmentoses nits sota els llençols,
on els braços eren xarxes,
el xiuxiueig, reclam,
els cosos, naus,
i els plaers, el seu botí.
En aquell cementiri,
condemnats a naufragar,
s'aferraven a vells rems
per intentar a terra arribar.
Arribar a nous ports
on naixen anhels, estius i petons,
on es canvien els corroïts màstils,
per tornar a sentir les seves pells.
Hi arribaren?
Depèn dels vents.

que triste

Triste. Que triste que es
cuando dos almas se encuentran,
y el espesor del bosque
no deja que se acerquen.

Triste sentir que se rozan
y los vientos del mar las aleja,
como velas rasgadas por el tiempo
en viejas barcas desgastadas.

Triste es soñar de noche
los versos de la mañana,
que derriban fuertes kiris
para construir nuevos galeones.

Triste. Que triste que es
el ruido del reloj de la espera,
esperando el esperado encuentro
entre verdes claros escondidos.

Triste es apagar la llama
del fuego recién encendido,
pensando en recoser esas velas
que a la deriva arrastraba a las almas.

Triste es no cruzar el bosque
al encuentro de otros veintos,
apaciguando los reconocidos
mientras los dedos,
escriben odas a la otras orillas.

anhelos

Manos de seda

que me recorren el pecho,

descienden hacia el vientre

para desaparecer bajo la cintura.

Labios carnosos

que se amoldan a los míos,

siendo conjunción

y la puerta de lenguas encontradas.

Frágiles brazos

que rodean tu cuerpo,

acercando esa hermosa piel

a esta mía, que te desea.

Caricias, besos, susurros,

que llenan esta tarde

bajo sábanas lavadas

y acompasados murmullos.

Ruidos placenteros

que brotan de las gargantas,

cuando las piernas tiemblan

y los dedos se nos clavan.

Anhelos gastados,

anhelos que volverán.

breve

Tierna,

dulce,

suave y hermosa.

El deseo de mis manos,

el destino de mis labios,

la calma de mi alma,

el calor de mis abrazos.

Serena,

sensual,

cariñosa y diosa.

La musa de mi pluma,

la perfección de todo verso.

Dulce es la noche,

Blanca la mañana,

Rojo el deseo

Como los labios que beso.

Oscuros tus ojos,

Salado el cuello,

Brillante el sol

Cuando despierto a tu lado.

Hermosa tu paz,

Frágil mi miedo,

Si se rozan las manos

Queriendo o no queriendo.

Deseo que desees

Mis manos en tus manos,

Los labios sellados

Y los brazos protegiendo.

Ser yo tu amor

Como tu mi vida,

Tus ojos mi mirar

Y mis versos tu sueño.

---

Desvestida de tela,
tu blanca piel,
se acercaba a mi.
Ojos cálidos,
ojos pardos,
largas espigas de oro
reposando sobre los hombros.
Las manos abiertas
y las caderas llamando;
gritando ser acariciadas.
Voz tenue,
voz embriagadora,
dulces labios rojos
reclamando mi boca.
Vestida de deseo,
tu alma abierta,
busca a mi cuerpo.
Noche torrida,
noche salada,
sabanas arrebujadas
al fondo de la cama.
Mis pupilas dilatadas
descubren tu belleza,
memorizan cada rincón,
lloran de emoción
Dedos estremecidos,
dedos impacientes,
eternos viajes
enredando los muslos.
Ya sin ropa,
sin alma,
y los cuerpos entregados,
nos vestimos con besos,
con susurros,
y sensualidad acompasada.

tormenta

Cuando te besé,

no pude separar mi boca,

ni mis manos,

que se aferraron a tu cintura.

Cuando te besé,

un pedazo de mi

se quedo para siempre en ti.

Cuando te besé,

mi alma tembló

mientras tu lengua,

se clavaba en mi corazón.

Cuando te besé,

mi piel se estremeció

para dar paso al deseo.

Cuando nos besamos,

nuestros cuerpos crecieron

cual nube de tormenta.

Descargamos la pasión

sobre el jardín de las sábanas...

sollozos por relámpagos,

movimitenos por vientos,

espasmos por truenos,

sudor por lluvia,

el olor de tu piel, por tierra mojada.

Cuando dejamos de besarnos,

solo fué un claro,

a la espera de otra tormenta.

Ahora ven, besame,

que amenaza lluvia esta tarde.

te quiero

Te quiero.
Te lo he dicho en versos,
susurrados al atardecer
o escritos con el alma.

Te lo he dicho en cada abrazo,
recogiendo tu cuerpo
y en todas mis caricias.

Con dulces besos
llenos de pasión, deseo y ternura,
que llenan tu blanca piel,
tambíen los rojos labios.

Mirando tus oscuros ojos,
fuentes de mi luz diaria
o portadores de lágrimas que recojo.

Quitándote la negra tela
para descubrir tu hermosura,
que se aferra al corazón
encendiendo mi carne trémula.

Te lo he dicho de mil formas,
lo has vivido de infinitas maneras,
lo siento inagotable en mis venas.

Aun así, no me vale.
Necesito decirtelo cada mañana
cuando el alba nos despierta.
Dartelo durante la noche
con mis manos recorriendo tus caderas.
Compartirlo con el tuyo
buscando más primaveras.

Te quiero.
Te necesito.
Te deseo.