miércoles, 27 de enero de 2016

dos gatos, un sofá




Un sofá con dos gatos,
una dormida, otro mirando.
Silencio, luz tenue y chimenea.
El que admira, susurra
pequeños ronroneos bajo el bigote
que espera lleguen, a su compañera.
La durmiente, hermosa,
sueña en colores dorados
consciente que es la joven amada.
Mientras llega la noche
y sin decirse nada, se tapan
con la manta suave, caliente y malva.
Siguen callados.
Una dormida, otro mirando
se acercan, se cuidan y protegen.
Por que no hacen falta palabras
cuando dos se aman.
Por que no hace falta luz
cuando dos se abrazan.
Por que el calor de la tarde
es suficiente refugio.
Mientras la gata sigue dormida,
El gato, se recuesta sobre ella,
y su pelo negro, lo recoge.
Un sofá con dos almas,
que sencillamente, se aman.



domingo, 24 de enero de 2016

Debería



No debería escribirte versos
ni imaginar paseos por la playa.
No debería desear tus besos
ni querer silencios al atardecer.
No debería callar a los dedos
que quieren robar toda tu piel.
No debería gastar los sueños
que se borran al amanecer.

Debería dejar de ser esclavo
de silencios y miedos,
dejando brotar lo que siento
entre costado, pecho y alma.
Debería ser osado

y decirte, cuanto te quiero.


sábado, 16 de enero de 2016

Carne



Mis carnes buscan
el asilo de tus caderas,
en cada noche lujuriosa
como también, abrazos
todas las madrugadas.
Los besos riegan
el vergel de tu piel,
cuando la rozo en silencio,
cuando suenan estrepitosamente.
Mis dedos certeros
investigan todos los poros,
a la caza del deseo
que supura lentamente
sin olvidar, al vello erizado.
Y que decir de mi voluntad
a tu existencia entregada,
cuando hay sol o luna
como también, en tu ausencia
madre de mil lágrimas.
Carne, besos, dedos
al amparo de tu cuerpo.
Silencios, música, miedos
que albergan sentimientos.
Días, noches, nosotros
siendo un suave bolero.

martes, 5 de enero de 2016

Contestarte



No dejaré sin contestar tus versos
ya que tus palabras, son odas
musicadas por labios de terciopelo.
Como tampoco a esos besos
con signos de exclamación,
cargados de adagios, andantes y allegros.
Ni a esas lágrimas que te acechan
algunas noches, si hay tormentas
o la tristeza asalta al balcón.

Te replicaré con lo poco que tengo
entre la carne triste y el alma robada.

Te responderé, con una vida entera a tu lado.




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