Podría cerrar los ojos
y el tiempo se tornaría sombra,
mas sería noche fugaz
ya que tu recuerdo perenne
ilumina estas, mis pupilas.
Y seguiría siendo de día en el alma
como lo es des de que rocé tu piel,
del color de la primavera
del olor, de las flores frescas.
Ya que no puede haber noche
más allá de las que marcan las horas,
podría cerrar los ojos
pero la oscuridad, sería fugaz,
y tu cuerpo ausente
la ceniza de un beso,
la lumbre de mi camino.
Pero no quiero apagarlos
mientras espero la llegada temprana
de esas manos que me acompañan,
de esas sonrisas, de esos nada,
de esos silencios que hablan.
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