viernes, 1 de julio de 2016

maltrato




Rebotaban las palabras
si así se les podían llamar,
cual olas contra espigones
de hierro, hormigón y miedo.
Se alzaban vigorosas
formando oscuras tormentas,
para volverse lágrimas
de dolor, impotencia y rabia.
Y ahí estaba expuesta
sin música y con ruido,
a la espera de esa marea
que permitiera zarpar a mi barca.
Amainó el temporal
una y otra vez,
otra y mil más,
pero solo cuando rompí los cabos
y acompañada del silencio
que siempre regala la soledad,
abrí las desgastadas velas,
cerré la puerta, tras de mí
para surcar como un velero
mares llenos de frases,
de rosas, de verano y luz.
Ahora que hay brisa
y susurro las vocales,
tiendo las manos al cielo
para ser puente, camino y ejemplo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Advertisement

Blogger news

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *