No debería escribirte versos
ni imaginar paseos por la playa.
No debería desear tus besos
ni querer silencios al atardecer.
No debería callar a los dedos
que quieren robar toda tu piel.
No debería gastar los sueños
que se borran al amanecer.
Debería dejar de ser esclavo
de silencios y miedos,
dejando brotar lo que siento
entre costado, pecho y alma.
Debería ser osado
y decirte, cuanto te quiero.
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