No dejaré sin contestar tus versos
ya que tus palabras, son odas
musicadas por labios de terciopelo.
Como tampoco a esos besos
con signos de exclamación,
cargados de adagios, andantes y allegros.
Ni a esas lágrimas que te acechan
algunas noches, si hay tormentas
o la tristeza asalta al balcón.
Te replicaré con lo poco que tengo
entre la carne triste y el alma robada.
Te responderé, con una vida entera a tu lado.
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