Ese
silencio que habla
cuando
se rozan las pieles,
ese
ruido que es verso
cuando
jadean los cuerpos,
ese
callado, mudo momento
cuando
ahogas el tiempo
cuando
se retuerce el alma.
Esa
sábana allí arrugada
testigo
del encuentro,
blanca
y sigilosa dermis
que
ahora
cubrirá
nuestros cuerpos.
Ese
sosiego llegado
después
del último beso,
esa
calma, y ese abrazo
ese
breve instante,
ese
breve sueño.
Este
instante
en el
que de nuevo
te
deseo.
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