De nada sirve el silencio
si chirrían las ventanas del alma.
De nada sirven las lágrimas
si para todos es verano.
De nada me sirve la memoria
si solo pienso en ti,
de nada nos sirven los espejos
si reflejan nuestras penas.
Nada hay solo por hablar,
nada hay cuando se rompen los cristales
desmeduzando ansias, cortando venas.
Nada queda si no estás,
nada queda por caminar.
Solo me resta un instante
para con tristeza, miedo y rabia,
alejarme, morirme y deshacerme
en el tiempo, y en la tierra marchita.
No juzgues mí pesadumbre
mas llévame al fondo de tu mente,
ahí donde quedan los recuerdos
de días, que fueron rosas.
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