Ayer fueron tus ojos,
y hoy, esos labios
que me hablan suavemente,
me besan suavemente,
me cercan, me tienen.
Labios hechos de algodón
recubierto de rojo azúcar,
por los que mimas las vocales,
y se estremecen las palabras.
Labios dulces que me reciben
erizando vello y alma.
Labios que centran mi mirada
llamando al oído,
tientan a las manos
y perfuman mi dermis,
cuando con ellos, me rozas.
Labios que me quieren,
labios que amo.
Ayer fueron tus ojos,
hoy, esos labios
y mañana; Todo tu.
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