Algún
día
llegará
ese día,
en el
que partirá la melancolía
y
dejará a mi alma de ahogar.
En el
que las brumas
sean
solo recuerdo,
y
estas manos
presa
de unas manos.
Las
largas noches
se
transformen en besos,
y el
cálido amanecer
sea
pegado a unos lábios.
Donde
el desamor
no
duerma a este lado,
ni el
desanimo
mi
breve desayuno.
Algún
día
olvidaré
que escribo,
usando
negras lágrimas
que
llenan el vaso de la soledad,
remontando
des de el alma
hasta
mi vida anegar.
Hallaré
la paz
vestida
de dulce voz,
pudiendo
solo ser acallada
por
el encendido latir del corazón.
Algún
día
dejarás
de ser sueño,
y
estos brazos te abrazarán.
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