lunes, 31 de octubre de 2016



Salgo al callejón
de detrás del trabajo,
hace frío, ya es noviembre.
Estoy solo
el día es gris
y de repente,
pienso ella.

Debería llevar flores
ahí donde ahora mora,
mas puede más la ciudad
que mi alma, aun herida.

Pasos hacia un lado,
pasos de vuelta.
Leves lágrimas,
botones mal cosidos.
Puños cerrados,
y el último beso
que le di.

No puedo
Olvidar quien soy.
No debo
olvidar por quien desviví.
Debo estar hoy
ahí donde me espera,
pues no hay nada
más importante para mi.

Apago el ordenador,
apago fluorescentes.
Arranco el coche,
enciendo velas
que me lleven a ti.

Llego con el ocaso
Y miro tu lápida,
en silencio.
Todavía te quiero.
Te quiero más antes.

Lloro y lloro.



martes, 25 de octubre de 2016

martes



Es martes.
Un frappé sobre la mesa
acompaña al periódico,
y a mi, también.
Tras el cristal y sus letras,
entre las estrechas calles,
hormigas con paraguas abiertos
de lado a lado, con destino
o sin nada.
Es otoño.
Mastika y crucigrama
mientras se seca la gabardina,
ruido de fondo, tazas y retsina.
Día oscuro, como tantos míos
unido a los zapatos gastados,
de invierno cerrado.
Una hora y cinco euros después
me despego de la silla,
mirando la que está a su lado.
No hay nadie.
Nunca hay nadie.

Solo eres sueño.



sábado, 22 de octubre de 2016



Fui árbol por una tarde
entre las cuatro y las seis.
Árbol caduco en otoño.
Fuiste suelo por una tarde
sobre el que deje lentamente caer
todas mis hojas
en forma de besos.
Las raíces de las manos
recorrieron tus valles y montañas
adosándose a los rincones,
remontando por los costados.
Los susurros, gorriones posados,
y sus cantos, leves sentidos.
Los sudores, savia y miel.
El ruido, el viento que nos batía.
El ocaso, la floración repentina.
Fuimos árbol y suelo,
de cuatro a seis,
para pasar a ser después…

Regadío asta el amanecer.

martes, 18 de octubre de 2016



Estaba ella trabajando
mientras yo, aquí sentado
le escribía humildes versos.
Apenas hacia unas horas
habíamos sido un solo cuerpo
bajo el palio del dormitorio.
Apenas hacia unas horas
que te habías marchado
dejándome aquí, sentado, escribiéndote.
Estaba ella trabajando
y ya volvería, como cada tarde.
Su sonrisa me miraba
des del marco, junto la Olivetti
mientras yo no sabia
que hacer con tanta soledad.
Así…
Que te pensaba,
componiéndote versos.


miércoles, 12 de octubre de 2016



Ya es oscuro,
casi no veo
pero te presiento,
y te encuentro.
Te escondes lentamente
bajo sábanas blancas;
(Negras a esta hora)
No haces ruido,
pero se que estás.
Te acaricio
Sabiendo que no estás.
Te beso
sabiendo que lo deseo.
Te siento
sabiendo que eres sueño.
Me dejas rozarte
sabiendo que no estoy.
Me dejas besarte
por que tu también quieres.
Me sientes
sabiendo que no estoy.
Nos magreamos, besuqueamos,
estremecemos, olemos,
bebemos, morimos,
bailamos en horizontal,
olvidamos que hay luz,
ya que esta es nuestra noche
aun sabiendo que no estamos.

            Como todos los ….

            A la misma hora.


domingo, 9 de octubre de 2016



La sola idea de perderte
me aterraba.
La sola idea de no tenerte
me cegaba.
La sola idea de no tocarte
me paralizaba.
La sola idea de no besarte
no cabía pensarla.
Es como si me faltara
un verso que dedicarte.
Es como si me faltara
una extremidad, el oído o el olfato.
Es peor todavía,

es como si me faltara, el corazón, el alma.



martes, 4 de octubre de 2016



Dejadme gritar una sola vez.
Arrojar posos lentamente asentados.
Dejadme ser volcán descontrolado;
Quemar fotos, cintas y muros
mientras invoco a la tormenta
que arrastre basura, recuerdos y verbos.
Permitidme llamar a las cosas
por el nombre que tienen las cosas.
Admitidme sin mediar palabra alguna
poder beber esa copa que por quién sabéis
ese día deje, el día que os olvidé.
Toleradme correr bajo la lluvia, en enero
olvidando el calzado tras la puerta.
Consentidme nombrar en vano,
ser camicace con patines y pantalón corto,
en esa bajada de piedras, que nunca se asfaltó.
Ser quien dice el final del capitulo,
ser el último en llegar,
ser todo lo que nunca fui.
Ayudadme hoy, a soltar el pesado lastre
de eso que fue y solo fue.
Lanzadme el salvavidas que no merezco
por no cuidarme ni cuidaros.
Obligadme a ventilar el trastero de los sueños
que cerré o nunca tuve.
Dejadme morir una noche.
Dejadme pedir perdón.
Y mañana, lavadme de todo.


Popular Posts

Advertisement

Blogger news

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *