cortejo

Sin guardar ningún cuidado

nos fuimos despojando de ropajes,

dejando expuestos los cuerpos

con los que nos rozaríamos más tarde.

Mientras, con extrema suavidad

se peleaban los besos

por ser el primero en llegar,

el primero, en tocar al otro.

Segundos y minutos después,

mientras descubríamos lunares

y jugábamos con los vellos,

olvidamos que era tarde

para solo centrarnos, abarcarnos.

Respiramos de forma acelerada

llevados por riendas invisibles,

que nos condujeron a la batalla

bajo las sábanas y sobre el deseo.

derrotado

Desarmado

de la defensa de los poros

cerrados, agarrotados, secos,

debido a esa soledad opresora

que habitaba en el lánguido pecho.

Despedazado

el baluarte de los labios

fríos, agrietados, negados,

a causa de la falta, ya casi eterna,

de encontrarse con los tuyos.

Indefenso

del ataque del deseo

estéril, acabado, sucio,

por la ausencia de esas caricias

que antaños tus dedos me daban.

Desposeido

del derecho que tengo a olvidarte

has dejado hoy a mi cuerpo, a mi alma,

al llamar a la puerta que cerraste.

Derrotado,

has reconquistado a mí amor

con el verso cálido de tu voz,

con el suave beso otorgado

con el roce de las uñas doradas.

A tus pies

y de nuevo enamorado, he quedado.

no hablo

No hablo

de esos faros diminutos

que moran sobre las mesitas,

encendidos durante desvelas

o siendo notarios de nuestros…

Ni de esa linterna

abierta hacia el cielo

que tapiza de estrellas la estancia.

No hablo

de la atalaya plateada

que cruza todas las noches,

con sus cuatro vestidos

según sea el día.

Ni de focos

de suaves luces

a la caza del mar,

vislumbrados a lo lejos.

Hablo

De esos ojos tuyos

que te coronan de hermosura,

ardientes candiles

que me llaman, me tienen.

De esas pupilas

inventoras de adjetivos,

que me miran, me desviven.

Hablo

de la primera frontera

para poder llegar a tu corazón,

que me escruta, me ilumina.

Hablo

de las niñas de tu rostro

a las que beso,

antes de dormirme.

Hablo

de ti, y de cuanto te necesito.

plou

Estem asseguts a les escales

veient com plou a bots i barrals

sobre el carrer ja fosc,

mentre subtilment, un dit

et frega lleugerament

el blanc genoll que es mostra.

Ens protegeix la balconada

regalant-nos una cortina de gotes,

sols trencada pels olors

dels tarongers, i altres arbres, (es abril)

sense oblidar la suau llum llunyana

d’un fanal que fa pampallugues.

La fina música de l’aigua

compon simfonies harmonioses

compassades per els batecs,

que es van accelerant en comprendre

que la teva pell, no rebutja la meva.

Mai haguera pensat que la pluja,

podia ser tan bonica.

carne

Mero trozo de carne
cargado de faltas,
anclado a tu recuerdo.
Eso es lo soy,
eso, es lo que siento.
Resquebrajado barro
olvidado y apartado,
duro ante las miradas
y tierno si lo moldeas.
Pero solo soy eso,
rojas lascas cancerígenas
que se matan a si mismas,
cuando te ausentas
del torno de mi vida.
Ven, ven a formarme
con tus manos
sellando las taras,
con tus palabras
fijando lazos,
con tus silencios
dándome alma.

Lágrimas de alegría

Treparon las lágrimas sin flor
des lo más profundo del alma,
cual jazmín trepa por la verja
des del suelo abonado, enraizado.
Lágrimas de intensa alegría
ya que mis labios, saludaban,
recibían de nuevo a los tuyos.
Y fue mayo en nuestras bocas
con gusto a zarzamora,
cálidas notas de concupiscencia,
aramos de piel vainilla.
Se erizaron, los tallos de mi cuerpo,
se cerraron, las lunas que te miran,
se multiplicaron, los versos soñados,
se clavo, tu semilla en mis venas.
Trepan lágrimas de alegría
volviendo la suave primavera,
cada vez, que nuestros labios
se abrazan, se reverencian.

si te encuentro

Romperé el silencio

con el sutil roce del deseo,

marinado cuidadosamente,

durante la tarde,

bajo los álamos, ya ocres.

Dejaré caer al miedo

justo al recoger tu mano,

cerrando un segundo los párpados

al entregarte la palma.

Y se mezclará tu tacto y el mio,

mis dudas y tu bondad,

envueltos en la brisa otoñal

mientras seguimos paseando.

Será ese, el momento justo,

en que podré pensar en besarte,

rasgando las telas pesadas

que nos conducen del sueño, al limbo.

Eso haré, si un día, amor, te encuentro.

dormir con la tristeza

He dormido con otra sábana,
pesada, áspera y húmeda.
He dormido, con la tristeza.

He hundido tus recuerdos,
al fondo, donde solo hay silencio
esperando que no regrese,
empujandolo con los pies
desnudos, fríos y cansados.

El miedo, de lo que vendrá,
ocupó el que fuera tu lugar,
inventando plácidas mentiras
para tapar, mi enorme herida.

Y en el negro de la noche,
impregnando la habitación,
se respiraba un agrio olor
entre vino, odio y dolor.

Se que volverá a caer el día
dejándome con la misma manta,
el mismo cansancio,
el mismo olor, y mismas lágrimas.

Se que será así, y se, también,
que no importa el dolor,
no importan los recuerdos,
no importan las heridas,
por que el amor que llegue
quemará todas estas madrugadas.

terraza

Tu piel, desnuda, toma el sol,

ocasionalmente cubierta

por las sombras temporales.

El pelo, sutilmente desparramado,

dibuja un tapiz sobre el suelo,

de negro brillante y rojo cobrizo.

Los ojos, cerrados al cielo,

observan el calor acallado

por la triste toalla blanca,

sobre la que reposa tu cuerpo.

Un hilo de sudor

recorre lentamente el cuello,

bordeando aquel lunar.

La cal de las paredes,

no repele el bochorno del verano,

prefiere, deleitarse contigo...

Del rojo de tus labios,

del vello dorado,

de los secretos mostrados,

y de esa herida, en un costado.

Los jazmines, uno en cada esquina

de esta terraza, lanzan perfume.

De fondo, y al fondo,

te envuelve un jazz, atemporal.

Mientras, el sol, estático,

en lo más alto de todo,

pretende detener el tiempo

para ser voyeur, toda una hora.

Y yo, aquí, junto a la puerta

desgastada por tantos agostos,

admiro tu belleza eterna,

entretanto termina tu rato de paz.

Esperando, el segundo adecuado

en el que poder besar,

las ramas de tus manos,

y las finas rayas de tu frente.

Para que así,

el orgulloso sol,

la impávida cal,

los jazmines, el sudor y los gorriones,

sepan, cuanto que quiero.

Balancí

Recolzada al balancí
de vímet ja desgastat,
rebies la llum de la tarda
mentre rellegies poemes.

Les cames, creuades.
Fines, llargues i blanques.
Una camisa blava, meva,
quasi descordada, per vestit,
deixant entreveure la pell.
Aquells cels desitjats,
aquelles valls on refugiar-me.

Emmarcada a la balconada,
les corbes del teu cos, dibuixaven
lleus reflexos, tons i ombres
sent tu, molt millor vers,
que qualsevol altre,
del llibre que entre les mans, tenies.

I mentre et mirava
Herato xiuxiuejava,
tot allò que després,
al caure la nit, i sobre teu,
els meus llavis t'escriviren.

esta noche

Hoy. Esta noche.

Aquí, en esta estancia

de pocos muebles,

donde reposan los cuerpos,

se apaciguan tormentas,

colonizan pliegues

y vuelves a ser sueño,

hoy, no he podido dormir.

Viendo el pausado respirar

meciendo la sábana,

que cubre parte de tu cuerpo

fino, sensual y hermoso.

Rozando levemente

el rizo azabache,

que enredaba con los dedos

hace solo, unas horas.

Cincelando versos

que nunca podré decirte,

por miedo, dolor y rubor.

Imaginando que despiertas

y me llamas una vez más, “amor”.

en la oscuridad

En la oscuridad de la noche

trato de escribirte.

Dibujo versos en mi mente

de trazos finos, como mereces,

donde trato de abrazarte,

donde trato de besarte.

Donde trato de escribir

cuanto te amo.

Todo eso a oscuras

al amparo de las sombras,

liberado de las miradas.

Por que la hora es ciega

y yo estoy cegado.

Por que el silencio habla

y yo soy mudo.

Por que las dalias duermen

y yo soy tierra.

Cegado por el amor profesado

junto los colores de tus ojos.

Mudo por los besos pasados

susurro tu nombre.

Muriendo cada madrugada

queriendo ser polvo, tu manto.

Por que tu eres, hermosa Dalia.

breve

Hoy, no voy a besarte,

tampoco tocarte.

Hoy, voy a darte algo más

si el miedo no lo impide.

Hoy, con el vello erizado

al rozar educadamente tu mano,

voy a decirte,

cuanto te amo.

Te he dicho

Te lo he dicho con flores,
floreciendo al tenerte cerca
o lanzando su aroma al viento,
para poder envolverte.

Te lo he dicho con versos,
recreando sueños apasionados
de esas noches transparentes,
tiernas y abrazados.

Te lo dicho con las manos,
recorriendo tu fino vello.
Te lo he dicho con dulzura,
la de los labios pegados a los tuyos.
Temblando de miedo,
o llorando después del enfado.

Pero aún no me basta.
Por que soy fuente
y tu, hermoso río.
Y el agua que mana,
de los cimientos del alma
para reposar en tu lecho,
toda ella, te ama.

 

 

 

 

 

diada 2015

Pujava gent pel carrer,

persones joves

d’altres, amb experiència,

alguns nadons riallers

amb pares esforçat,

i nosaltres.

No cridàvem, sols corejàvem

aquelles cançons que sabem,

aquelles, que estimem.

Érem troncs convençuts

amb fulles de seda,

la de la nostra senyera

i alguns colors republicans.

Parlàvem de drets

per els més desafavorits,

reclamàvem deures

per poder exigir.

Pètals, per treball.

Dignitat, per tots.

Justícia social

i educació oberta.

Sanitat per als fills

o aquells que arriben.

Pujàvem pel carrer

amb el cor encès,

ganes de canviar el país

i fer-lo just per a tots.

Parlant, comentant

cercant exemples

o relatant somnis,

però ho fèiem tots

sota la senyera

i alguns tons republicans.

O fèiem junts

pensant en les persones,

conegudes, desconegudes,

d’aquí o nouvingudes,

del colors i somriures,

però tots, amb les mans obertes.

blanca

Me pediste un verso
que no puedo escribirte,
con terminos sueltos
però que nada dicen.
Y de esas palabras
solo pueden nacer odas,
por separado,
por que las mereces,
por que deseo susurrartelas,
por que te quiero.
Blanca.
No es tu nombre
pero si, tu color.
Seda.
No es suave tela
pero si, tu piel.
Transparente.
No es palabra
però si, tu alma.
Ternura.
No es amabilidad
però si, tu sonrisa,
que me regalas
que me sustenta,
esta nublada mañana
o las tardes de primavera.
Labios.
Ese rojo jardín
donde me pierdo
y se hallan los deseos,
acompañados de caricias,
terminados contigo
entre mis brazos.
Mañana.
Lágrimas si no estás,
y jazmín si a mi lado
tu espalda se desvela.

palabras

No quiero escuchar palabras

acompañadas de miradas vacías,

prefiero las verdades

con tus pupilas encendidas.

No quiero condescendencia

ni besos que no deseas.

No quiero sábanas limpias

ni que me acompañes a misas.

No quiero halagos por lo que no soy

ni que me laves toda la ropa.

Quiero que seas tu

y me ofendas si debes.

Quiero que seas tu

y me desnudes si deseas.

Quiero que seas tu

y me lleves de tu mano.

Quiero que seas tu

y me permitas quererte.

Por que con mil defectos

y nidos de sal en mis pupilas,

te quiero, te quiero.

ausencia

Despierto junto la alborada

tu ausencia oprime el pecho.

Dolor y sueños conjugados

bajo luces de nostalgia,

que taciturnas y cansadas

siguen llamando a la puerta.

Mis lagrimares sembrados

por el polen del dolor,

llegan a su primavera

y su gran eclosión,

mientras aporreas mi memoria

con sombras de besos

o quizás, no fueron ni eso.

Y yo, aquí tumbado

abrazado a la aurora,

mojando mi rostro

desnudando al alma,

me aferro al día que llegará

para olvidarte un poco más,

mientras se apagan las luces

de esta noche, casi caduca.

Consciente que el sol solo cubrirá

este cielo estrellado,

del cual tu sonrisa

una tarde, dejo de estar.

esos labios

Ayer fueron tus ojos,

y hoy, esos labios

que me hablan suavemente,

me besan suavemente,

me cercan, me tienen.

Labios hechos de algodón

recubierto de rojo azúcar,

por los que mimas las vocales,

y se estremecen las palabras.

Labios dulces que me reciben

erizando vello y alma.

Labios que centran mi mirada

 llamando al oído,

tientan a las manos

y perfuman mi dermis,

cuando con ellos, me rozas.

Labios que me quieren,

labios que amo.

Ayer fueron tus ojos,

hoy, esos labios

y mañana; Todo tu.

esos ojos

Ojos de miel,

ojos de papel.

Ojos que hablan

sin que hables,

que me rompen

cuando tiemblas.

Del color de la mañana

y su temprano café,

que me levantan,

que limpio, que beso.

Ojos sinceros,

ojos tiernos.

Ojos, que amo,

cuando aquí estás,

ojos, que lloro,

cuando te vas.

Bolero sin titulo

Me he despertado

recordando cuanto te quiero,

invocando nuestras alegrías

y algunos pesares.

Con imágenes nítidas

de tu mano en mi mejilla,

al llegar de la escuela

o cumplir con los deberes.

Los de esa voz serena

cobijando las amarguras,

que cambiaba a dura

para guiar nuestros pasos.

Ninguno como tu

que me quiera tanto,

por eso te respeto

queriéndote dar mi todo.

Recuerdos en la noche

de esa temprana edad,

con juegos y sonrisas

sobre la tierra o el portal.

Estrellas que me llevan

al lugar donde tanto lloré,

el mejor lugar para hacerlo

que no es otro que tu amparo.

Ninguno como tu

que me quiera tanto,

por eso te respeto

queriéndote dar mi todo.

Alusión al que fue

con ilusión para el mañana,

cuando mis besos te vistan

y estas manos te asistan.

No quiero volver a dormirme

sin decirte que te quiero,

desde que eras mi espejo

y ahora también mi hijo.

Cuidaste de mi fragilidad

con su dureza y cariño,

por eso debo yo hacer lo mismo

cuidando te ti, padre mío.

Ninguno como tu

que me quiera tanto,

por eso te respeto

queriéndote dar mi todo.

Ninguno como tu

que me quiera tanto,

por eso te honro

queriéndote dar mi todo,

con mi recuerdo

y dándote la mano.

Podrías

Podrías ser la dalia

que me despierta cada mañana,

bajo los pétalos de las sábanas

y el dulce aroma de tu pecho,

Podrías ser la rosa

que se clava en mi alma,

siendo siempre verde primavera

y el rojo calor de los labios.

Podrías ser todo un ramo

en el centro de mi vida,

hecho de los colores del amor

y altar de mi destino.

Podrías ser tu,

la hermosa flor que cure

esta alma mía, herida.

bolero

El amor es llanto,

amargo a veces

sensual otras noches.

El llanto del nada

y la lluvia en la calle,

apagando las velas encendidas

en esta alma soñadora.

Se viste de blanca seda

cuando me regala besos,

bajo las estrellas que miran

como nuestros ojos se cierran.

Amor que llegas en una sonrisa,

amor que huyes con la tormenta,

me hiciste llorar mil mañanas

y reír al rozar tus sábanas.

Tu querer fue un sueño

venerado como a una santa,

con velas y canciones

de deseos e ilusiones.

Tu olvido es más lento

pues no llega el invierno,

siguiendo doliendo las espinas

que tus rosas me clavaron.

Amor que llegas en una sonrisa,

amor que huyes con la tormenta,

me hiciste llorar mil mañanas

y reír al rozar tus sábanas.

Amor entre lágrimas

que eres llanto o alegría,

he aprendido a extrañarte

y a adorarte cuando vienes.

Amor que llegas

amor que huyes,

hazme llorar y reír

pero hazme vivir.

solo tu

No hay más letras

que escuchar tu voz,

no hay más sonidos

que la música de las palabras.

No hay escalas

ni boleros escritos,

noches perfectas

o puestas de sol.

No hay poemas…

Solo estás tu,

solo, está mi amor.

(inicio/boceto de bolero)

náyade

Eterna Náyade

fuente de mis versos,

vestida de comprensión

desnuda de secretos.

Riegas este río mío

a veces oscuro,

a veces curvo,

con el agua de tu voz

y el remanso de los besos.

Perenne compañera

manantial de inspiración,

vienes a mi cada noche,

te quedas, me desvives,

cambiando mis sueños

por la tinta que te escribe.

Salpicas cada palabra

con tu recuerdo.

Cada coma, con tu sonrisa,

cada espacio, con tu aliento,

haciendo que mis oraciones

sean plegarias.

Perpetuo amor inmortal

que guías mis velas,

sigue hilándome el destino

cosido a tu rumbo.

juntos

Me llaman, tus pupilas

de brillante azabache.

Me reclaman, esos labios

de dulce fruta madura.

¿Como puedo resistirme

a recoger tus besos,

a admirar tus ojos inciertos?

Se citan, mis manos

sobre tu fina película.

Se invita, a mi vida

a sentarse junto a la tuya.

¿Como puedo no deserar

acariciar toda tu piel,

a envejecer juntos, a la vez?

Llora de alegría

para poder enjuagarte,

Háblame suavemente

para poder, siempre, escucharte.

perseveráncia

Porfío cada tarde

obstinado en tu amor,

hilvanado de fina seda

entre rojos pétalos

y adherido a mi corazón.

Persevero al amanecer

dándote abrazos, dándote calor,

bajo el blanco algodón

que nos esconde del día,

y despego de nuestra piel.

Tiemblo a diario

por si te vas, por si no vuelves,

asido a eso que me das,

que no tiene nombre, ni lugar,

solo amor, solo lealtad.

Aferrando mi débil vida,

recosiéndola a nuestro río,

con párvulo temor arriesgado

sin caducidad, y único destino.

Afianzo los nudos a tu lado

anudando lazos confiados,

de gruesa cuerda marinera

que no rompe, que no rasga,

que coserá nuestras vidas

siendo sola una, y su ancla.

te fuiste

Y te fuiste.

Y no estás,

pero te sigo buscando.

Te llevaron, vestido de fiesta

sin ser una fiesta,

ya que nadie reía

ni bailaba, ni se casaba.

Todos, lloraban

al verte los ojos cerrados

y esas manos tuyas, firmes,

que antes a todos tendías…

Ahí, quietas, frías.

Lloraban finos clavos

hechos de oro pulido,

del recuerdo que provocas

y las horas que nos dabas.

Pero te sigo buscando

con las manos,

que todavía recuerdan tus surcos.

Con los ojos,

que todavía te fotografían.

Con la boca,

que todavía te habla.

Con el olfato,

que huele tus camisas.

Con el oído,

que te busca en el silencio.

Vestías de fiesta,

mientras todo lo demás

muda, de verano a invierno.

nido

De forma innata, me miras,

disculpando todas mis faltas.

Y acercas esa blanca mano

ávida de recibir a la mía

mientras se quiebra el alma.

Trémulo, balbuceo un te quiero,

y oxigeno los labios

que querrán aferrarse a ti,

a tu piel perfumada,

a tu aliento, a tu verbo.

Y espero, a recaudo de todo

bajo el manto de tu abrazo,

como gorrión recién nacido

con sus miedos, con sus faltas.

Lentamente, abro las frágiles alas

para poder volver a volar,

siendo consciente, siendo aupado,

por mi mente, por tus palabras.

Y alzo el vuelo

sin perder de vista

mi nido, mi casa, mi refugio,

que no es otro, que tu.

desayuno

Desayunan mis dedos

al amanecer,

con el sutil roce de tu piel,

mientras el ruido de la sábana

anuncia tu pronto despertar.

Y el gusto de las yemas

viaja a los labios,

que sin querer, se salan,

esperando la llegada;

el desembarco de los tuyos

chocando contra mi,

abordando a mi alma.

Es, el sabor del beso,

la pulpa, la fruta fresca,

regando la boca hambrienta.

Es, el calor del abrazo,

el grano, el café,

desvelando a la mañana.

Y para esa negra infusión,

la dulzura de tu palabra

envuelta en susurro.

Y como cubiertos improvisados,

mis manos, tus manos,

y el hambre de los cuerpos.

Bon appetite!

cincelando

Cincelando el amor
encontré el olvido,
ahí, entre una lágrima
que esperaba a un beso.
También una espina
hecha de mentiras,
una cena fría
y una noche helada.
Pequeños reproches
jamás reprochados.
Una abeja sin aguijón
con alas abandonadas.
Flores marchitas,
Flores, jamás dadas.
Solo pude parar
tirando lejos el cincel,
para olvidar que el amor
no se debe dibujar,
no se debe modelar.
Solo cabe vivirlo
solo cabe sentirlo.
Solo, cabías tú.

caminemos

Caminemos.
Que cada paso sea un beso,
que cada beso sea una hora.
Recorramos el sendero
que nos lleve hasta la muerte,
sendero largo, sendero nuestro.
Y que junto a el, nazcan flores
del color de tus ojos
cada atardecer,
con olor a romero.
Y ahí, a lo lejos,
por donde se pone el sol,
crezca el rosado trigo
para alimentar el amor
que gastamos cada día,
que nos daremos cada año.
Caminemos.
Caminemos juntos
el resto de nuestra vida.

cada instante

Cada instante que paso
aquí, a la vera de tu pecho,
ese tiempo fugaz
resucita, se vuelve recuerdo.
Protegido por la cal
blanca, que es tu piel,
donde se refleja el tiempo
cálido, del deseo guardado.
Ese aliento que llega
cadencioso, me envuelve,
cual temprana niebla
de rocío, cubriendo el momento.
I esos ojos que me miran
hermosos, tales azulejos mozárabes,
enmarcan trémulos sentimientos
nacidos, en el fondo de mi alma.
Pero se rompe el momento
temporalmente, al llegar la temida alba,
cuando de tus dulces brazos
calladamente, he de separarme.

a l'empar

A l'empar dels teus llavis
trenaré els millors versos,
sense pressa, amb tendresa.
Les onades de perfum
seran les blanques vocals,
aixoplugades entre els cabells
que acaronaré lentament.
Els ulls entretancats
despertaran a les consonants,
i s'entrellaçaran harmoniosament
sota el paraigua de les besades.
El lleuger separar dels alens
sols serà un breu punt i seguit,
per fregar la llisa pell bruna
que conforma la teva perfecció.
I al recer del temps detingut
oblidaré el que vaig ser,
ja que sols existeixes tu,
i aquest breu moment.

breve

De fuego se visten los besos

tornándose hoguera mi cuerpo,

cuando me tocas, me susurras.

Sudor, en mi espalda.

Perfume, junto a tu pelo.

Pellizcos, adjetivos, vino,

y la magia del amor

jugando, con las almas.

pensarte es amarte

Pensarte, es amarte.

Es todo tan sencillo, pueril

que no cabe buscar palabras,

versos que llenen libros

flores, colores o madrugadas.

Esperarte, también es amarte.

El recuerdo del tiempo, compartido

donde se anudan sueños y besos,

cruzando con su propia luz

junto llantos, aromas o deseo.

Y en esa espera, siempre lenta

no hay silencio en el alma,

que imagina, te dibuja, te roza.

Pensarte, es amarte,

y yo, te pienso a cada momento.

podría

Podría desnudarte
con los dedos,
provocarte, con versos,
adorarte con besos,
pero por encima de eso
quiero amarte, y que me ames.
Quiero …
Que los dedos, nos desnuden.
Los versos, nos los susurremos.
Los besos, sean flores.
Podría, pero quiero.
Quiero, por que te quiero.

hacia donde voy

¿Hacia donde voy?

No lo sé, ni sabré,

solo deambulo hacia algún lugar

donde incluso pensándote

pueda volver a soñar.

Cuando llegue allí

te escribiré el último verso,

sin palabras, sin letras,

solo, un punto final.

arena

Quiero esta mañana ser arena

para que tu piel desnuda, juegue sobre mí,

los dedos dibujen deseos

y los besos, sean marcas fugaces.

Que los rayos del sol te iluminen

que te doren lentamente esa piel, color de miel,

haciendo que se abran tus poros

donde aferrarme, para quedarme.

Solo te pido que me roces

mientras me riega tu sudor, salado,

haciendo que deje de ser playa

para ser flor, tu flor.