Siento;
te siento,
en
cada beso,
en
cada caricia,
en
cada abrazo.
Vivo;
te vivo,
cuando
te rozo,
cuando
te escucho,
cuando
nos amamos.
Muero;
me muero,
cuando
te alejas,
cuando
lloras,
si no
me reclamas.
Escribo;
te escribo,
en
cada beso,
con
cada caricia,
cuando
nos entregamos.
Escribo
con mi sangre,
con
el tacto de tu piel
o el
recuerdo de la noche.
Verso
mi alma
en
estas sábanas arrugadas,
despojando
mis anhelos
entre
papeles y sueños.