viernes, 31 de enero de 2014

Se cocina...



¿En que lugar se cocina el amor?
se especia con mimo el placer
doramos a fuego lento la pasión
y lloramos asta su regreso?

Aprendemos a pelar su ropa
desgarrar nuestras entrañas,
aliñar la piel que la viste
y olfatear sus labios de miel?

¿En que momento abrimos el vino,
nos embriagamos de besos
pochamos los recuerdos,
trituramos los malos momentos?

Preguntas a las que no puedo responder,
solo entrar cada día a esa cocina,
y en ella, que es nuestra vida compartida
vestirme de delantal para ti.


Odiel



Los flamencos reposan en la marisma
ajenos a nuestras miradas escondidas,
al roce de tus dedos con los míos
y al miedo que otras pupilas nos descubran.

Los jaguarzos tiemblan al ritmo del viento
buscan el sol que todavía despierta este viernes,
esperan a las abejas con sus pétalos abiertos
como mis labios desean a los tuyos.

Casi no se oyen palabras
solo rompe el silencio el trajín de algún anteojos,
el paso rápido de un zarapito,
y mi corazón, que te llama.

El olor del romero me envuelve
ayudará a no olvidar este tierno momento,
a tenerte siempre presente
junto a este océano caminante.


jueves, 30 de enero de 2014

Verla Pasear



He creído verla pasear por el jardín
junto a los rosales, al lado del estanque
donde siempre me regalaba una sonrisa,
breve pero hermosa, como la flor de jazmín.

Parecía usted pensativa
con su paso ausente y su mano caída,
como buscando a alguien sobre quien llorar
una lanza para la vida atacar.

Al querer acercarme con mi corcel
este, quedó aturdido por tanto brillo;
el de su pelo al alto sol reflejar
y solo al retroceder pude calmar.

Me he despojado de mi pesada armadura
intentado correr tras su vuecencia,
pero justo cuando mi mano a su hombro rozar
mis sabanas me han desvelado.


miércoles, 29 de enero de 2014

Hoy



Hoy he caminado entre verdes pastos
notando la fría humedad en mis pies
dejando corretear una machaca
en busca de su joven amada.

El sol enturbiado se alzaba al fondo
parecía el tímido niño bajo su protectora madre
buscando el cobijo de la blanca falda,
lugar de paz y amargos lloros.

Aceleraba el aire a mi derecha
buscaba entre los pinos su música,
en ocasiones aturdía las gorras
otras, callaba tras las peñas.

El frío calaba en mis huesos
petrificaba los largos y lentos momentos
pretendía escalar asta mi dormida mente,
solo tu recuerdo lo contrariaba.

Con el borrado del tul solar
más ágil ha sido nuestro avanzar,
y algo cuerda mi mente al poder despertar
e imaginar, que hoy me buscarás.


No Te Puedo



No te puedo ver
pero mis ojos lloran por ti.
No te puedo tocar
pero mis manos te dibujan junto a mi.

Más allá de las postales guardadas,
en rojo fuego en mi pecho marcadas
las yemas de estos dedos
sienten el calor del no tenerte.

No te puedo oír
pero escucho mis entrañas latir.
No te puedo saborear
pero mis labios cabalgan junto a tu mar.

Recuerdos de pequeña edad
al escuchar girar la voz de su amo
ahora, deseo de descubrir
el sonido de tu boca al salir.

No te puedo oler
pero tu perfume está en ahí.


martes, 28 de enero de 2014

Repintar



Hoy he repintado el recibidor de mi vida
del color de la dulce esperanza,
pues ayer una palabra suya
de luces inundó mi hiedra decaída.

Quizás mañana pueda coger otro pincel
deseo el comedor de verde ver,
  y con solo su calor recuperar
esos pájaros dejaran de migrar.

Seguirá el corredor y mucho más
si vuestro corazón de nuevo quiere confiar,
pues mis manos desean mi casa iluminar
y a sus deseos abrazar.



lunes, 27 de enero de 2014

Olvido Olivo



Más allá de tu olvido
convivo con tu ausencia,
el vacío junto a mi cepillo dental
el perfume de tu mar.

Lo más alejado al odio
duerme cada noche en mi,
recreándose en tu último beso
jugando en nuestro huerto.

Intento de mi mente, tus ojos extraviar
pero veo tu verde caminar hacia mi,
recuerdo del olivo en junio
junto al que nos solíamos susurrar.

Con el áspero del nuevo día
riego de aceite la vida herida,
ya que todo y no poder poderte
quizás llegará otro noviembre.


viernes, 24 de enero de 2014

Subiendo al Tren



Subiendo al tren crucé una frontera,
se cerro tras de mi la blanca puerta
y el ruido estremeció mi alma,
el de la goma al encontrarse a si misma.

Extraña imagen en mi mente amarga,
en el andén restaba una colilla consumida
entre los dos cristales, el vaho de lo desconocido
frente mi, la luz de la  nueva ilusión por vivir.

Quedaba la reciente noche aparcada,
la cicatriz de tu recuerdo atravesada
que quería pinzar mi aun débil aliento
y doblegarme hacia más adentro.

Sentía el aire en mi cerviz afeitada,
estaba rasgando las ajadas fotos
borrando tus labios sobre mi escritos
sellando una salida del largo fin.

Delante mis temblorosos ojos
una flecha verde marca un lejano rumbo
ese al que llegué en pocos días,
acompañado, de la luz del partir.


miércoles, 22 de enero de 2014

Llueve



Ahí fuera está lloviendo;
el agua ahoga a las plantas
condena la gris paloma
deambula por el triste asfalto.

Aquí dentro hay tormenta;
falta el aire del querer
me condena a la pena
deambulo por la tristeza de tu no estar.

Al otro lado de la ventana, frío.
Abrigos oscuros de gente correr
paraguas que chocan,
gatos escondidos en el portal.

En mi agrietado corazón, hielo.
recuerdos repletos de lana
cantos que se han vuelto palabras,
amores faltos en un mar.


martes, 21 de enero de 2014

Soñar tu Regreso



He soñado tu regreso
volvías a sentarte junto a mi.
El sol ha vuelto a entrar en casa
y brotado los verdes tulipanes.

Las paredes de mi vida
de manzana se han pintado.
En el jardín, canta un verderón,
y tu, me acercas tu mano.

La tierna brisa nos ha bañado,
tu pelo, entre mis dedos embrollado.
El perfume de tu cuello afrutado
en mis labios reposado, custodiado.

Después, el martes me ha despertado
y con el, relámpagos en la ventana.
Una triste maceta de color perdido
sostiene una etapelia casi apagada.

Al levantarme, solo yo me acompaño,
ando entre un casi blanco pasillo,
escucho el silencio de una jaula vacía,
 peino… la desgana y el pesar.

He soñado tu regreso
y he vuelto, llorando al amanecer
sabiendo que otra cercana noche
tus ojos me miraran.


lunes, 20 de enero de 2014

ADIOS?



¿Amor, eres tu que me das la espalda
que zarandeas mi adolescente alma,
y agrietas mis rojas entrañas
haciendo entrar el frío en ellas?

¿O es el dolor de sentir alejarte,
el miedo a perder tus sueños
o el lloro de los olivos a mi paso
mientras te vuelves gris al andar?

¿Puede ser ver ese lado vació
ese satén pulcro sin usar,
el camisón azul todavía doblado
sabiendo que ahí morará?

Solo sé que me robas el brillo,
las tardes de risa y compañía,
que veo desfallecer mi respirar
mientras la puerta golpea tras de ti.


SUCIO



Cúbreme la espalda de lágrimas
para calmarla del hastío y dolor,
que  de tanto tiempo  recogiendo
quebrado ha dejado todo mi amor.

Rásgame entero con las uñas
para frotar el pegado mal olor,
que de todos los abruptos escuchados
manchado ha quedado mi honor.

Lávame los pies en tu portal
no me dejes entrar calzado;
que por demasiado barro he caminado,
y muchos me han pisado…

Luego caliéntame con tus mantas
abrázame con tu palabra
perdona mi larga travesía,
asta encontrarte en mi largo día.


jueves, 16 de enero de 2014

Jueves



Son las cinco de la tarde. El, entra en el bar. Parece que no haya pasado el tiempo por ese establecimiento, está igual que hace diez años. La barra, a la derecha, es de madera oscura y está recubierta de una losa de mármol blanco, blanquísimo. Se nota la pulcritud de los responsables. Ellos, también de blanco nuclear, residen detrás del mostrador sacando brillo a todo lo que se les pone a mano. A la izquierda; tres ventanas grandes que dejan pasar toda la luz de la calle, y junto a ellas, cuatro mesas de hierro forjado; fuerte, caliente, que soportan el peso de sus respectivas marmóreas, también impolutas.
Al fondo, un conjunto de siete mesas repartidas por el escaso espacio del local, conviven con el humo de las pipas de los ancianos de la zona y un par de juegos de ajedrez.
-Un café cargado!!
El cielo de la calle  oscurece rápidamente. Los negros nubarrones llegan de detrás del parque. Empieza a llover. La gente corre a refugiarse en cualquier portal que esté abierto o parada de autobús. Los coches, ahora con los faros encendidos, pasan levantando olas de agua. De entre ellos, surge una figura que corre sorteando los charcos hasta llegar a la oscura puerta de madera del bar.
Entra. Rápidamente se saca la gabardina empapada y se atusa el pelo, largo, oscuro, sedoso. Se acerca a la barra. Viste un traje de gris dos piezas. El la mira. La calidad de la ropa se nota. Al igual que su perfecta postura.
-Un cortado. Corto de café...   Pide ella. Mientras termina, hunde sus dedos en su pelo
El ha dejado el dinero justo sobre la mesa. La observa. Está impaciente.
A los cinco minutos, y después de haber intercambiado con los camareros alguna sonrisa y mirada, ella paga. Deja algo de más en el platillo plateado, también brillante, junto al ticket de caja. Ha parado de llover e incluso parece que quiere reaparecer el astro sol.
Sin la gabardina, sale a la calle. El, se levanta y empieza a caminar detrás de ella.
Ella tuerce la segunda calle a la derecha. El la sigue a cierta distancia. Ahora a la izquierda. La calle se vuelve estrecha. Hay poca gente. Las casa se van tornando un tono más gris, más dejadas. El, sigue detrás.
Poco a poco, se va acercando, pero sin prisas.
Ya solo le separan un par de metros. Ella, prácticamente puede notar su aliento en la nuca, cuando bruscamente entra en un portal. El, se detiene frente la inmensa puerta descarnada por el paso del tiempo. Mira que nadie lo observe y subiéndose el cuelo de la americana, entra.
Hacia arriba se pueden oír los tacones de ella al resonar en la escalera de piedra desgastada. El, sube. Despacio.
Al llegar al tercer piso, se encuentra la puerta mal cerrada. Mira arriba y abajo. No hay nadie que pueda verlo ni ha visto ninguna sombra detrás de ningún viejo y roído pestillo. Entra.
Al fondo de un pasillo mal empapelado hay un comedor. A la izquierda una vieja cocina. A la derecha, un baño. Limpio, nuevo. Ahora un dormitorio. Desde fuera observa en el espejo como ella se ha sacado la blusa de seda blanca. La admira. Se seca el sudor de las manos. Entra y cierra la puerta tras de sí. Ella se gira de repente y se lo encuentra delante con los brazos abiertos y acercándose.
Se abrazan, se besan, se desnudan. Se tumban sobre la cama y ella deja caer los zapatos contra el suelo. Se estremecen. Se vuelven a besar, acariciar, lamer...
A las siete, ella se levanta y se viste. El duerme. Al rato, también se incorpora y se va a duchar. El último beso. Largo, rojo y vivo.
Se enciende un cigarrillo rubio. Como cada jueves.
 Como cada jueves a la misma hora. Como cada jueves, se han visto, tocado, comido. Como cada jueves han experimentado con el dolor, el hielo, la nata...el amor.

De aquí a siete días, volverá a ser jueves en el mismo bar de la calle 20.

lunes, 13 de enero de 2014

De Espaldas



De espaldas a mi descansa tu cuerpo
como un reflejo de luna en mi lecho.
Frente a ti, un tenue y alargado espejo
casi me desvela el verso de tu piel.

Solo una delicada, natural sabana
cubre tus limpios muslos con mimo,
al igual que lo hago yo, con calor
cuando me ciño en tu regazo.

Tu mente descansa entre rosas
se sabe arropada en nuestro jardín,
ese que cada día reconstruimos
cuando en la noche, regamos los labios.

Termino de apagar la luz
mientras, me recreo con la vista,
más ahora en mi descanso
soñaré que te destapo.


viernes, 10 de enero de 2014

Hoy he Dibujado



Hoy he dibujado en tu piel
dejado mi olor en tus labios,
entrelazado nuestras piernas
y entre otras,  deseado.

Se han oído los cuerpos golpearse
con rítmica y acompañada cadencia.
mis manos se han perdido en tu pelo,
mi aliento, en tu aliento.

Los rosales del alfeizar nos miraban
les he visto florecer, crecer,
escuchando como estremecía
y lloraba nuestra piel.

El tiempo se ha detenido un instante
ha querido participar de nosotros,
alargar ese preciso segundo
en el que nos hemos amado.

Hoy he dibujado en tu piel
dejado mi olor en tus labios,
y marcado en mi verde alma
las ansias de volver verte.


jueves, 9 de enero de 2014

Mi Mano Abierta



Esta mano mía, tan abierta
viaja en busca de tus poros,
ahogando el aire que nos separa
sintiendo el erizo de tu vello.

Quiere recorrer toda tu espalda
tal gota de lluvia que resbala en mi venta,
o una lágrima que corre sobre la cara
sin camino, sin tiempo...

Estas yemas mías, tan encendidas
desean fotografiar tu piel desnuda,
para aun en la oscuridad del tiempo
poder dibujarte en mi pensamiento.

Ya noto en mi tu sudor
¡como se agita tu respirar!
solo me queda una última ansia;
dejarte mi labios, como sello.

  

miércoles, 8 de enero de 2014

Amor Quemado


Han quedado grumos por el camino,
no todo el amor se entrelaza y crece.
Mas de tanto remover el agrio cuajo
mis manos de tu piel se han borrado.

He puesto algo a lento fuego
después, lo he mejorado con más calor
dando cariño con el caliente moho,
y sin suerte; (ahora se va pegando)

Grumoso y espeso va quedando
marrón casi negro; trozos agrietados.
habrá que añadir nuevo caldo
o correr el peligro y incendiarlo.

Ya huele en todo el cuarto
quiero correr para no perder,
eso que un día cocinamos
tu y yo, junto un fogón aderezado.

No he llegado, ya es tarde.
Ahora solo queda…
amor quemado.


lunes, 6 de enero de 2014

Soñandote



He despertado de madrugada,
no puedo recordar que hora era,
sintiendo calor en mi pecho.
Eras tú, quien me abrazaba.

Frente a mi espalda húmeda,
recostado tu siempre tierno cuerpo,
descansando nuestra ansia
recuperando luz para esta mañana.

Por la humilde ventana
nos saludaba la luna crecida,
mientras a lo lejos, casi escondido
el faro nos empujaba al nuevo día.

He vuelto a cerrar los ojos
quería seguirte sintiendo,
y solamente en ese momento,
recordé que ya te estaba soñando.


jueves, 2 de enero de 2014

Abeja en Mayo


Como panal de abeja en mayo
floreciente de vida y verde,
un hervir de dulce sueño
amenaza cada mañana al pensarte.

En ese breve y largo momento
en el que te despierto en mi mente,
breve por espacio de tiempo
largo por el diario descubrirte.

Mis dedos al mismo que un zángano
revolotean por tu nueva imagen,
esa que tu, en nuestro reino
otra vez decidiste regalarme.

Como panal de abeja en mayo
busco la miel que anoche creaste
mientras tu dulce verbo
ya amenazaba este nuevo despertarme. 

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