He creído verla pasear por el jardín
junto a los rosales, al lado del estanque
donde siempre me regalaba una sonrisa,
breve pero hermosa, como la flor de jazmín.
Parecía usted pensativa
con su paso ausente y su mano caída,
como buscando a alguien sobre quien llorar
una lanza para la vida atacar.
Al querer acercarme con mi corcel
este, quedó aturdido por tanto brillo;
el de su pelo al alto sol reflejar
y solo al retroceder pude calmar.
Me he despojado de mi pesada armadura
intentado correr tras su vuecencia,
pero justo cuando mi mano a su hombro rozar
mis sabanas me han desvelado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario