domingo, 27 de diciembre de 2015

cortejo



Sin guardar ningún cuidado
nos fuimos despojando de ropajes,
dejando expuestos los cuerpos
con los que nos rozaríamos más tarde.
Mientras, con extrema suavidad
se peleaban los besos
por ser el primero en llegar,
el primero, en tocar al otro.
Segundos y minutos después,
mientras descubríamos lunares
y jugábamos con los vellos,
olvidamos que era tarde
para solo centrarnos, abarcarnos.
Respiramos de forma acelerada
llevados por riendas invisibles,
que nos condujeron a la batalla
bajo las sábanas y sobre el deseo.




lunes, 21 de diciembre de 2015

derrotado



Desarmado
de la defensa de los poros
cerrados, agarrotados, secos,
debido a esa soledad opresora
que habitaba en el lánguido pecho.
Despedazado
el baluarte de los labios
fríos, agrietados, negados,
a causa de la falta, ya casi eterna,
de encontrarse con los tuyos.
Indefenso
del ataque del deseo
estéril, acabado, sucio,
por la ausencia de esas caricias
que antaños tus dedos me daban.
Desposeido
del derecho que tengo a olvidarte
has dejado hoy a mi cuerpo, a mi alma,
al llamar a la puerta que cerraste.
Derrotado,
has reconquistado a mí amor
con el verso cálido de tu voz,
con el suave beso otorgado
con el roce de las uñas doradas.
A tus pies
y de nuevo enamorado, he quedado.


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