viernes, 30 de octubre de 2015

carne



Mero trozo de carne
cargado de faltas,
anclado a tu recuerdo.
Eso es lo soy,
eso, es lo que siento.
Resquebrajado barro
olvidado y apartado,
duro ante las miradas
y tierno si lo moldeas.
Pero solo soy eso,
rojas lascas cancerígenas
que se matan a si mismas,
cuando te ausentas
del torno de mi vida.
Ven, ven a formarme
con tus manos
sellando las taras,
con tus palabras
fijando lazos,
con tus silencios
dándome alma.




viernes, 23 de octubre de 2015

Lágrimas de alegría




Treparon las lágrimas sin flor
des lo más profundo del alma,
cual jazmín trepa por la verja
des del suelo abonado, enraizado.
Lágrimas de intensa alegría
ya que mis labios, saludaban,
recibían de nuevo a los tuyos.
Y fue mayo en nuestras bocas
con gusto a zarzamora,
cálidas notas de concupiscencia,
aramos de piel vainilla.
Se erizaron, los tallos de mi cuerpo,
se cerraron, las lunas que te miran,
se multiplicaron, los versos soñados,
se clavo, tu semilla en mis venas.
Trepan lágrimas de alegría
volviendo la suave primavera,
cada vez, que nuestros labios
se abrazan, se reverencian.




martes, 20 de octubre de 2015

si te encuentro



Romperé el silencio
con el sutil roce del deseo,
marinado cuidadosamente,
durante la tarde,
bajo los álamos, ya ocres.
Dejaré caer al miedo
justo al recoger tu mano,
cerrando un segundo los párpados
al entregarte la palma.
Y se mezclará tu tacto y el mio,
mis dudas y tu bondad,
envueltos en la brisa otoñal
mientras seguimos paseando.
Será ese, el momento justo,
en que podré pensar en besarte,
rasgando las telas pesadas
que nos conducen del sueño, al limbo.

Eso haré, si un día, amor, te encuentro.




miércoles, 14 de octubre de 2015

dormir con la tristeza



He dormido con otra sábana,
pesada, áspera y húmeda.
He dormido, con la tristeza.

He hundido tus recuerdos,
al fondo, donde solo hay silencio
esperando que no regrese,
empujandolo con los pies
desnudos, fríos y cansados.

El miedo, de lo que vendrá,
ocupó el que fuera tu lugar,
inventando plácidas mentiras
para tapar, mi enorme herida.

Y en el negro de la noche,
impregnando la habitación,
se respiraba un agrio olor
entre vino, odio y dolor.

Se que volverá a caer el día
dejándome con la misma manta,
el mismo cansancio,
el mismo olor, y mismas lágrimas.

Se que será así, y se, también,
que no importa el dolor,
no importan los recuerdos,
no importan las heridas,
por que el amor que llegue
quemará todas estas madrugadas.




lunes, 5 de octubre de 2015

terraza




Tu piel, desnuda, toma el sol,
ocasionalmente cubierta
por las sombras temporales.
El pelo, sutilmente desparramado,
dibuja un tapiz sobre el suelo,
de negro brillante y rojo cobrizo.
Los ojos, cerrados al cielo,
observan el calor acallado
por la triste toalla blanca,
sobre la que reposa tu cuerpo.
Un hilo de sudor
recorre lentamente el cuello,
bordeando aquel lunar.
La cal de las paredes,
no repele el bochorno del verano,
prefiere, deleitarse contigo...
Del rojo de tus labios,
del vello dorado,
de los secretos mostrados,
y de esa herida, en un costado.
Los jazmines, uno en cada esquina
de esta terraza, lanzan perfume.
De fondo, y al fondo,
te envuelve un jazz, atemporal.
Mientras, el sol, estático,
en lo más alto de todo,
pretende detener el tiempo
para ser voyeur, toda una hora.
Y yo, aquí, junto a la puerta
desgastada por tantos agostos,
admiro tu belleza eterna,
entretanto termina tu rato de paz.
Esperando, el segundo adecuado
en el que poder besar,
las ramas de tus manos,
y las finas rayas de tu frente.
Para que así,
el orgulloso sol,
la impávida cal,
los jazmines, el sudor y los gorriones,
sepan, cuanto que quiero.




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