No te puedo ver
pero mis ojos lloran por ti.
No te puedo tocar
pero mis manos te dibujan junto a mi.
Más allá de las postales guardadas,
en rojo fuego en mi pecho marcadas
las yemas de estos dedos
sienten el calor del no tenerte.
No te puedo oír
pero escucho mis entrañas latir.
No te puedo saborear
pero mis labios cabalgan junto a tu mar.
Recuerdos de pequeña edad
al escuchar girar la voz de su amo
ahora, deseo de descubrir
el sonido de tu boca al salir.
No te puedo oler
pero tu perfume está en ahí.
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