lunes, 20 de octubre de 2014

esclavo de ti



Mis manos
no son libres,
pués dependen de ti.
De acariciarte
la blanca piel,
rozarte
el negro vello,
recoger
los hermosos senos,
sentir
el calor de los labios
y la humedad de tu boca.
De mis manos
nacen los dedos,
como ramas hacia ti.
Que te buscan,
te palpan,
te añoran
y te sueñan.
Esos dedos
que viven de tu calor,
de la sal del sudor
que derramas,
cuando nos amamos.
Mis manos,
mis dedos,
mi yo entero,
no somos libres,
pués, dependemos de ti.


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