He vivido pegado a tus lamentos,
culpando a los vientos ajenos
cerrando los ojos a verdades,
pegando a molinos de viento.
He abierto en canal mi cuerpo
dándote carne y calor al deseo,
ese, que habítaba en tu cuerpo.
En el mío, árido silencio.
He escondido mi soledad
entre tus multitudes de compañías,
sonriendo tus torpes palabras
llorando sobre mis entrañas.
He muerto durante mi vida
por ser sostén de tu valentía,
la sombra de tu no se que todavía
y tu mano tendida.
Ahora viviré mis errores
me reiré de mis temores,
gozaré del placer prohibido,
abrazaré lo que asta ahora, he perdido.
Goodbye, mi ya no…. nada.
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