Todo el amor que quedaba
te lo he dejado sobre la maleta,
la que te llevas esta mañana
junto con mi alma, todavia enamorada.
A su lado, retales de besos,
recuerdos de lugares,
y unos papeles, con sueños.
Me quedo los pañuelos,
los que nunca usamos
mientras nos amamos,
y a partir de hoy, necesarios.
En una caja, grande,
llevate también el orgullo
que te llena el pecho y la boca,
tambien esa indiferencia
que hace meses me regalas,
la frialdad de tus manos,
y la auséncia de deseo.
Cuando ya estés fuera,
con la puerta cerrada tras de ti,
cambiaré las sábanas
por unas blancas, límpias, nuevas.
También, abriré la ventana
dejando entrar la brisa,
llevandose la pesadumbre, insultos, rencores...
Te vas, lleva la maleta,
lleva la caja,
y deja mi vida.
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