A tus pies, mi
doncella.
Postrado ante tus
blancos,
desnudando tus
vestidos,
rasgando mi alma.
A tus pies me
tienes, mi doncella.
Adorando dulces
recuerdos
que tu piel me ha
entregado,
buscando en mis
labios
el sabor, la sal, de
los tuyos,
que jamás he
olvidado.
A tus pies mi
doncella,
seducido por tus
medias,
amando tu cintura,
susurrando mil “te
quiero”.
A tus pies estoy, mi
doncella,
y tu, impresa en mi
corazón.
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