Tan solo dos centímetros
separan tus labios y mis versos,
el deseo de saborear su carne
y el alma plasmada en letras.
De sangre quisiera mancharme
al entregarte el sol una mañana,
cuando verso y labio se funden
y las rosas nos abren las ventanas.
Tan solo dos centímetros
separan tus ojos y mis ansias,
de cerrar los parpados al rozarse
y derramar pasión al acostarse.
De tu sudor quisiera alimentarme
mientras acoplo a ti mis manos,
el afán realza nuestro respirar
y con vino nuestro corazón bañamos.
Tan solo dos centímetros
separan tu imaginación de mi imagen,
siendo el portavoz de tal cuadro
el anhelo de un susurro a tu lado.
De tus sollozos quisiera embriagarme
estando perdido entre ese vello,
regándome de aromas nuevos
para llevarte siempre dentro.
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