Con
mis labios recorriendo
el
suave y cálido fin de tu espalda,
mientras
saboreo todavia tu boca
y el
lento apartarme de ella.
Con
mis dedos ocupados
en
acariciarte todo el torso,
a la
caza de tus pecas
como
parada hacia el pecado.
Con
tu cuerpo tumbado
sobre
el lecho encendido,
que
será el testigo de esta tarde
y del
amor aquí derramado.
Con
mi piel sobre tu piel
cosidas
por el sudor aparecido,
que
fusionará los cuerpos
una
vez más anhelados.
Con
mis versos en tu mente
y
cada vez más lento el respirar,
esperando,
esperando..... esperando.
Busco
el camino a tu fortuna
rodeando
las esbeltas caderas,
justo
cuando tus manos rozan mi frente
y el
vello se eriza.
Vuelven
a las pupilas abiertas
los
sueños eternamente soñados,
ahora
convertidos en tu tacto,
en
placer y párvulo miedo.
Redescubro
tus dulces mieles
cuando
tatuas mi dorso,
ahogas
el momento
y de
mi solo puede salir el mejor verso.....
Te
quiero.
Justo
en este momento,
con
nuestras carnes abiertas,
nuestras
faltas destripadas
y el
deseo del reencuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario