Te quiero.
Te lo he dicho en versos,
susurrados al atardecer
o escritos con el alma.
Te lo he dicho en cada abrazo,
recogiendo tu cuerpo
y en todas mis caricias.
Con dulces besos
llenos de pasión, deseo y ternura,
que llenan tu blanca piel,
tambíen los rojos labios.
Mirando tus oscuros ojos,
fuentes de mi luz diaria
o portadores de lágrimas que recojo.
Quitándote la negra tela
para descubrir tu hermosura,
que se aferra al corazón
encendiendo mi carne trémula.
Te lo he dicho de mil formas,
lo has vivido de infinitas maneras,
lo siento inagotable en mis venas.
Aun así, no me vale.
Necesito decirtelo cada mañana
cuando el alba nos despierta.
Dartelo durante la noche
con mis manos recorriendo tus caderas.
Compartirlo con el tuyo
buscando más primaveras.
Te quiero.
Te necesito.
Te deseo.
Te lo he dicho en versos,
susurrados al atardecer
o escritos con el alma.
Te lo he dicho en cada abrazo,
recogiendo tu cuerpo
y en todas mis caricias.
Con dulces besos
llenos de pasión, deseo y ternura,
que llenan tu blanca piel,
tambíen los rojos labios.
Mirando tus oscuros ojos,
fuentes de mi luz diaria
o portadores de lágrimas que recojo.
Quitándote la negra tela
para descubrir tu hermosura,
que se aferra al corazón
encendiendo mi carne trémula.
Te lo he dicho de mil formas,
lo has vivido de infinitas maneras,
lo siento inagotable en mis venas.
Aun así, no me vale.
Necesito decirtelo cada mañana
cuando el alba nos despierta.
Dartelo durante la noche
con mis manos recorriendo tus caderas.
Compartirlo con el tuyo
buscando más primaveras.
Te quiero.
Te necesito.
Te deseo.
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