Me ha despertado un gorrión,
cantando junto a nuestra ventana.
Pegada a mi mano,
siendo extensíon de ella,
reposaba tu pierna.
Esbelta y clara escultura
que me precipita al deseo desbocado.
A ella cosida, la tierna cintura,
descubierta al calor del verano.
Le sigue la blanca espalda,
sobre la que juntar mi pecho
durante las calidas noches.
Corona la mañana tu pelo,
negra y brillante selva
que oculta los rojos labios.
A esos, a esos mensajeros
de pecados y verdades,
de mentiras y besos,
a esos quiero ahora soldarme.
El gorrión ha desvelado mi mente,
y tu, a mi corazón.
cantando junto a nuestra ventana.
Pegada a mi mano,
siendo extensíon de ella,
reposaba tu pierna.
Esbelta y clara escultura
que me precipita al deseo desbocado.
A ella cosida, la tierna cintura,
descubierta al calor del verano.
Le sigue la blanca espalda,
sobre la que juntar mi pecho
durante las calidas noches.
Corona la mañana tu pelo,
negra y brillante selva
que oculta los rojos labios.
A esos, a esos mensajeros
de pecados y verdades,
de mentiras y besos,
a esos quiero ahora soldarme.
El gorrión ha desvelado mi mente,
y tu, a mi corazón.
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