He olvidado tu olvido
poniéndome otro corazón,
que late junto al mío
siendo su fe mi ilusión.
Llegando como suave mariposa
paró sobre mi pecho,
dejándome en su leve reposo
la semilla de mi nueva dicha.
Ya no me importa tu adiós
ni todos los llantos que te di,
por que ahora vivo encendido
entre dos almas encontradas.
Suaves se levantan las mañanas
y apasionadas duermen las noches,
entre estas paredes agraciadas
que nos ven mientras le abrazo.
He olvidado tu olvido.
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