A ese lento desnudarse
redescubriendo al otro,
sabiendo que llegará un beso
para apagar el día acabado.
A ese esconderse bajo las sábanas
dejando que nos oculten del mundo,
para transformar ese espació
en el hogar de nuestros abrazos.
A ese acurrucarte en mi hombro
buscando que te recoja bajo mi brazo,
mientras tu suave muslo cansado
reposará sobre mi pierna izquierda.
A esos largos dedos tuyos
que me examinan la mejilla,
y acercaran mi cara a tu pelo
pudiendo así cuidar tu reposo.
A ese momento impaciente
cuando el deseo desborda mi ser,
queriendo fusionarme con el tuyo,
siendo temeroso de tu posible no querer.
A ese índice que recorre tu pierna
queriendo multiplicarse en mil,
mientras acerco los temblorosos labios
para buscar la suerte de tu anhelo.
A esa luz casi apagada
que permite ver el brillo de tus ojos,
y esconde el recorrido de mi mano
ávida de esconderse dentro de ti.
A esas últimas palabras del día
tan sencillas como esperadas,
solo un “te quiero”
y “descansa, yo te protejo”.
A esa noche que nos dará
otro día juntos para amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario