sábado, 24 de mayo de 2014

siete vidas



Te miro cada tarde en la acera
cuando sales a caminar con tu amiga,
esperando el momento en que pueda decirte
cuanto quisiera yo descubrirte.

No me regalas ninguna mirada
ni tan siquiera de desprecio,
pasas junto a mi triste corazón
que te grita des de dentro y no lo oyes.

Sigo estando ausente de tu mente
pero se que solo es temporal,
ya que algún cercano día me decidiré
y aun con trémula voz, te saludaré.

Un tiempo después te pediré permiso
para andar a tu lado una de las tardes,
esperando que me lo permitas
para estar a pocos centímetros de tu cuerpo.

Cuando vuelva la luna llena a vernos
leve y cariñosamente te rozaré,
con el miedo más grande jamás visto
y aguardando ver como me recibes.

Después, con el calor del verano,
pasearemos solos cuando caiga el sol,
buscando la brisa que nos calme,
siendo buena ocasión para unir las manos.

Llegará el otoño a visitarnos
dándonos hermosos amarillos en el parque,
lugar en el que con calma y valentía
te ofrendare el primer beso.

Ya después de recibir tus labios
solo nos quedará darnos una vida,
todo y que yo quisiera ser un gato
para regalarte las siete.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Advertisement

Blogger news

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *