Eres como la espuma,
frágil y efímera,
que dura un momento
pero llena un mundo.
En ocasiones creces,
como olas en invierno.
En otras eres tormenta
o grácil brisa.
Preciso y deseado
cuando se ama,
deseado y soñado, cuando se olvida.
Siempre cálido, siempre rojo.
Dulce por fuera
y humedo por dentro,
tierno en la mejilla
y encendido en los labios.
Solo mejorado por el próximo
y recordado como el primero.
Uno tuyo, para mi es eterno.
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