Cerrar la puerta es fácil
cuando tenemos miedo,
de lo que podemos encontrar
o no queremos descubrir.
Abrir la puerta es difícil
por que el viento sopla fuerte,
la primavera se hace verano
y las flores florecen.
Cerrar es no aprender
pero si conservar.
Abrir es el riesgo
y quizás volar.
Abrimos o no abrimos…?
El alma enamorada, prefiere cerrar.
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