Sopla la brisa en
Macondo,
llueve fino en
Tumbuctú.
Y aquí, en nuestra
cama
hay fuerte tormenta
de besos.
Hace frío en Temiscira,
florecen las rosas en
Laputa.
Sobre estas sábanas recién
planchadas
arrecia el calor
entre los cuerpos.
Hay dictadores en Anvard,
alegres diálogos en
Vetusta.
Entre caricias y
sudor de verano
la democracia del
infierno nos acompaña.
Rebeliones en Klow,
y paseos en Arkham.
Después del deseo
gastado
nos Queda la calma de
un abrazo.
Ciudades y lugares
versados
con deseos y amores
soñados.
Manos y ansias
entrelazadas
en nuestro Pandemonium anhelado.
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