Un día llamaré a tu
puerta
y volverás a abrirla,
sabiendo que si fuera
al contrario
encontrarías la mía
abierta.
Secarás mis lágrimas
y cobijarás mis
dudas,
como siempre hiciste
y siempre los dos
haremos.
No estás a mi lado, pero te siento
estando entre las
noches y días,
viviendo tu vida
pero pegada a la mía.
Eres tu y te quiero,
de forma diferente y
cercana,
jugando con las
distancias
y el placer del
recuerdo.
A ti, amigo mío
te regalo esta tarde
como pequeña ofrenda,
por todo lo que juntos
hemos compartido.
Hermoso ��
ResponderEliminar