¿Mi casa?
Esa eres tu.
¿Mi tristeza?
Tus lágrimas.
¿Mi alegría?
La risa de mi hijo.
¿Que más puede ser el todo
sin conocer la nada de no tenerte,
cuando hasta conocerte
mi vida lloraba cada día?
¿Mi deseo?
El tuyo.
¿Mi sueño?
Despertarnos juntos.
¿El fin?
Poder perderte.
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