sábado, 7 de junio de 2014

escucha



Escucha…

Que crudas palabras arrojaba mi boca
cuando le decía cuanto he sufrido,
sin poder mirar a sus oscuros ojos
por temor que se interrumpiera mi voz.

Recuerdo los posos del café en la taza
e incluso la marca del azúcar impresa,
pero no puedo decirte el color de su blusa
ni si llevaba los pendientes que le regalé.

Solo levante la vista para ver sus labios
y los gestos de su dulce boca,
recordando por un apresurado momento
cuanto deseo se esconde bajo ese carmín.

Volviendo a reposar la vista en la porcelana
siguieron brotando las espinas clavadas,
penetrando torpemente en su cuerpo inmune
del tiempo que hacia que ya no me quería.

Después de arrojarle mil verbos sentidos
me desplomé en un amargo llanto,
que limpiaba por fin mi alma corroída
dejando lugar a nacer otra vida.

Sin recibir ninguna contestación,
desagravio, o incluso reproche alguno,
se levanto dejando una moneda en la mesa,
siendo su última imagen; ella partiendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Advertisement

Blogger news

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *