Siempre consigues hacerme reír
aun cuando las heridas todavía afloran,
corroyendo mis ya tristes entrañas
acostumbradas a llorar a oscuras.
Haces que mi risa florezca
mientras se relajan los dedos,
apretados de la rabia acorralada
que no puede salir de nuestra cama.
Logras que te diga dulces palabras
que he de rebuscar en mi mente,
ajada de versos amorosos
y repleta de verbos y reproches.
Siempre consigues hacerme reír
y olvidarme que a veces quiero olvidarte,
cuando no encuentro un abrazo necesario
o sencillamente, un beso temprano.
Río cuando juntos terminamos el día
recostados sobre la tranquilidad y la luna,
confiándonos cientos de besos
o deshojando viejos deseos.
Es entonces cuando las pupilas tienen vida
de encendidas luciérnagas fantasiosas,
borran el mármol de mi expresión
y mis manos, acogen tu alegría.
Siempre consigues hacerme reír
y recordarme, que no soy nadie sin ti.
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