domingo, 1 de junio de 2014

El amor



Llegas sin avisar de tu venida
provocando cambios perceptibles,
aireando la estancia dolorida y vacía,
llenándome de vida.

Subes como la blanca espuma
durante la negra noche salvaje,
cuando el mar choca con el acantilado
y la azul agua se mezcla con la tormenta.

Estallas en el fondo de las entrañas
como un volcán al llegar su día,
brotando a raudales por las venas
asta reventar el corazón dormido.

Enciendes todo lo que esta cerca
calentando la pasión apagada,
mientras todas la palabras bonitas
de repente, se reescriben en mi mente.

Duermes junto a mi todas las noches
provocando que desee rozar otra piel,
acariciar su cuerpo endiosado
y beber del placer de su sed.

Haces que cada beso sea una nube
cargada de sentimiento y miel,
que descarga la lujuria sobre labios
rojos intensos de tanto querer.

Después te marchitas como toda rosa
despojando el deleite como pétalos,
cuando llega el desafortunado otoño
y vacía vuelve a quedar la cama.

O quizás haya suerte y te quedes
acomodando mi  tierra y otro océano,
el que me regalaste hace tiempo
cuando te presentaste sin avisar.



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