lunes, 2 de junio de 2014

corina



Armado con el valor que no tengo
mire tus hermosos ojos eternos,
y con la pausa de la que carezco
te ofrecí todos mis sentimientos.

Entonces tus labios se abrieron
causando el pánico en mi corazón,
pero contra lo que yo esperaba
de ellos emanó una dulce flor.

Esta mano que te escribe
se atrevió a rozarte el rubio pelo,
cogiendomela tu rápidamente
para regalarle el calor de tu pómulo.

Seguía yo temblando ante ti
cuando te acercaste demasiado,
dejando solo entre nosotros
la distancia justa del beso robado.

Tu bello nombre de poetisa
resonaba en mi mente confusa,
peleando de nuevo con Pindaro
y ganando mi arraigado anhelo.

No pude mas que abrazarte
y dejar caer una fina lágrima,
como nacimiento de un nuevo río
que de amor abastecerá nuestra vida.

Agarré entonces el dorado escudo
que siempre quise levantar,
situándolo sobre nuestra coraza
para esta relación preservar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Advertisement

Blogger news

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *